Valverde se despide de San Mamés de la peor manera posible
Era tiempo de despedidas y ya se sabe que las despedidas siempre son tristes. Cuando duran 90 minutos lo son más. Se despedía Ernesto Valverde de San Mamés con un currículum que algún día la historia valorará, visto que el presente se le niega hasta el punto de que ni siquiera pudiera despedir su actividad con una victoria. No era una figura mediática, pero sembró el futuro. Se despedía Del Horno y se despidió del todo porque en una inaplicación defensiva tuvo que cometer falta y se ganó la tarjeta que le libra del último partido y se ahorra problemas. Y, probablemente, se despedía Santi Ezquerro (vía Barcelona), como a él le gusta, de puntillas, sin hacer ruido, sin hacer nada, ni bueno, ni malo. Y se despedía el Athletic de sus opciones europeas -que existían- por mucho que pasaran por una carambola entre la Liga y la Copa, con el Betis de por medio.
ATHLETIC 0 - NUMANCIA 2
Athletic: Aranzubia; Iraola, Murillo, Lacruz (Guerrero, m. 52), Del Horno; Orbaiz, Gurpegui; Arriaga (Solabarrieta, m. 52), Tiko, Ezquerro; y Llorente.
Numancia: Juanma; Juanpa, Pignol, Ochoa, Tarantino (Graff, m. 78); Velasco, Pablo Sanz (Antonio, m. 73), Palacios, Juanlu; Merino (Ros, m. 83) y Tevenet.
Goles: 0-1. M. 8. Balón en profundidad de Tevenet que aprovecha Merino para batir a Aranzubia. 0-2. M. 87. Tevenet transforma un penalti sobre Pignol.
Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Ochoa, Del Horno, Tarantino, Merino, Juanlu y Gurpegui.
Unos 35.000 espectadores en San Mamés.
Y perdió porque el Numancia le hizo un gol en ocho minutos y porque en todos los restantes fue incapaz de materializar un par de las muchas ocasiones que tuvo. Y porque le faltó capacidad de presión, y clarividencia y quizás hasta ganas de ganar, como si no creyera en la carambola final, más posible que lo que las matemáticas dictaban. Pero el Athletic añadió una duda mayor que la derrota: sin Etxeberria, Yeste y Urzaiz, (lesionados los dos primeros y sancionado el otro) pareció un equipo vulgar, como si los tres ausentes no encontraran sustitutos.
Y entre medio el Numancia, que ya se había despedido de Primera División, pero que mantuvo el tipo con la decencia que se supone a un equipo profesional. Llegó una vez y marcó un gol, de Merino, claro, que para eso ha jugado -poco- en el Athletic. Y luego marcó otro, de penalti en un invento del árbitro Daudén Ibáñez que corroboró los malos presagios de Tiko, cuando anunció que tras el famoso penalti de El Sardinero hace unos meses y las acusaciones de ser el equipo del presidente de la federación, Ángel Villar, "es muy fácil pitar penalti al Athletic". Le ocurrió la pasada semana en Mallorca y ayer en San Mamés cuando Pignol cayó, fuera del área, entre dos centrales que ni le rozaron. Ayer daba igual porque la victoria del Numancia era segura y el árbitro sólo incrementó la diferencia. El Athletic sólo remató sin ton ni son. Y se fue de la Liga. Al menos al Numancia le quedará el recuerdo de que ganó en San Mamés sin necesidad de hacer nada singular.
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