Festival frente al casino
Raikkonen y Montoya llevan incrustados en el casco sus nombres en diamantes mientras Red Bull monta un espectáculo con 'La guerra de las galaxias'
El glamour lo invade todo en Montecarlo. Cada curva del improvisado trazado en el que hoy se corre el gran premio del Principado tiene alguna historia particular. Cada edificio que circunda el circuito enlaza la carrera con la leyenda. Desde el clásico casino, que ha visto nacer y perder fortunas incalculables, hasta el Loews, que pasó a llamarse Grand Hotel y que ahora ha adquirido el nombre de Fairmont, pasando por el hotel de París y llegando a toda la zona portuaria, todo rezuma nostalgia, riqueza y sofisticación. No es extraño, pues, que el precio en cualquiera de los lujosos hoteles con vistas a la carrera aumentara este año hasta colocar sus suites a unos 60.000 euros el fin de semana.
Sin embargo, éste es sólo un aspecto del movimiento económico que se produce durante la visita de la F-1 a la capital monegasca. Muchas firmas internacionales aprovechan este escaparate para lanzar nuevos productos o focalizar sus promociones. La prestigiosa empresa de diamantes y piedras preciosas Steinmetz lleva ya un par de años colocando alguna de sus joyas en lugares inverosímiles para conseguir que las cámaras de televisión se entretengan con ellas. El año pasado pegaron un diamante de notables quilates en el morro de los dos Jaguar. Tuvieron la mala suerte de que Christian Klien chocó contra un raíl protector y el diamante se perdió. Aunque la empresa aseguradora ofreció una cifra millonaria para recuperarlo, nada se supo de la piedra preciosa.
Esta vez, Steinmetz ha llegado a un acuerdo con la escudería McLaren Mercedes para que sus dos pilotos, Kimi Raikkonen y Juan Pablo Montoya, lleven incrustado en el casco su nombre con diamantes tallados en Suráfrica. En el caso del finlandés aparece la inscripción Iceman (hombre de hielo). El diseño costó meses y se realizó en Estados Unidos y Finlandia. Ambos fueron apadrinados por la modelo y actriz holandesa Natasia Vermeer, la nueva Emmanuelle. "Los diamantes no se perderán ahora, pase lo que pase, porque están pegados con una resina muy resistente", explicó un portavoz de Steinmetz.
La promoción tendrá un destino benéfico y los dos cascos serán subastados. También Renault donará parte de la carrocería de sus bólidos y la ropa de sus pilotos firmada al Alto Comisionado de las Naciones Unidas para recaudar fondos para los niños refugiados.
Pero éstos son los aspectos menos vistosos del espectáculo. Fernando Alonso, Giancarlo Fisichella y Flavio Briattore acudieron el pasado miércoles a Cannes, sede del festival de cine, con motivo de la presentación de una nueva línea de relojes y joyas. Alonso, sin embargo, ha tenido una previa tranquila. "Aparte de su viaje a Cannes, no ha hecho nada más. El viernes se pasó el día trabajando en el coche con ingenieros y mecánicos", comenta Luis García Abad, su representante; "ya le marearon bastante el año pasado haciéndose fotos con modelos arriba y abajo".
También la escudería Red Bull se ha sumado a la fiesta. No sólo ha montado su espectacular pabellón de acogida sobre una plataforma flotante, sino que el viernes juntaron a los protagonistas de La guerra de las galaxias, encabezados por su creador, George Lucas, y realizaron una parodia ante un público entusiasmado. Uno de los pilotos del equipo, el escocés David Coulthard, vive en Montecarlo, donde es propietario de un lujoso hotel, el Columbus, situado en Fontvielle, cerca del mar y del campo de fútbol del Mónaco. Su amigo Jenson Button y él son habituales en las suntuosas fiestas que se celebran en los yates anclados.
Todo esto forma parte también del Gran Premio de Mónaco de fórmula 1. Y es lo que hace de esta carrera algo tan especial.
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