El Betis ya se celebra
El conjunto sevillano remonta en la segunda parte ante un Zaragoza al ralentí y se siente más cerca de la gloria
Centenares de personas saltaron al césped tras el partido. Hasta intentaron llevarse a casa, a trozos, una portería. No es que el Betis hubiera logrado nada en concreto, pero sí que está viviendo una temporada de las mejores de su historia y la afición decidió festejar el último encuentro del curso en su estadio.
Entre el calor y los acontecimientos -que si el Zaragoza no se jugaba nada y que lo que quiere jugar de una vez el Betis es la final de la Copa-, el encuentro nació con un cierto tufillo a pachanga. Algo de eso hubo. Aunque, a pesar de tratarse de un partido desbravado, no fue malo de ver.
El Zaragoza apostó por el tiqui-taca. Lo malo es que la manoseaba más Movilla que Generelo. Por su parte, el Betis salió con la caraja que acostumbra a exhibir en Heliópolis. Quizá hablar de despiste inicial sea facilón porque tampoco es que se espabile demasiado después.
BETIS 3 - ZARAGOZA 2
Betis: Prats; Melli, Juanito, Rivas, Luis Fernández; Assunção, Arzu; Joaquín (Benjamín, m. 80), Fernando, Denilson (Varela, m. 46; y Oliveira (Dani, m. 87).
Zaragoza: Luis García; Ponzio, Álvaro, Milito, Toledo; Cani (Galletti, m. 66), Zapater (Camacho, m. 85), Movilla, Generelo (Óscar, m. 71), Savio; y Villa.
Goles: 0-1. M. 35. Savio, de falta directa. 1-1. M. 59. Juanito, de cabeza. 2-1. M. 70. Oliveira. 3-1. Fernando, pica la pelota para batir a Luis García en su salida. 3-2. M. 94. Óscar.
Árbitro: Turienzo Álvarez. Amonestó a Generelo, Joaquín, Cani, Galletti, Zapater y Milito.
Unos 30.000 espectadores en el Ruiz de Lopera.
El Betis tiene un buen equipo, juega aseado, pero no se puede decir que lo haga especialmente bien ni, por supuesto, bonito. Los centrocampistas béticos no hilvanan el fútbol. Assunção corre mucho más que el curso pasado y Arzu más bien trota, pero ninguno tiene las calidad de la distribución del juego. Llorenç Serra Ferrer llegó con la idea de jugar con un sistema más poblado en la medular, con un único pivote y también un solo ariete. No le salió y aún tiene el equipo algo de improvisado, algo de esto es lo que hay.
Pero lo que sí que tiene el Betis son grandes futbolistas. Ayer Joaquín no armó el taco, pero sí que fue un grandísimo jugador de equipo. Colocó la pelota en la cabeza de Juanito para que el Betis empatara y también colaboró en la jugada que acabó en el gol de Oliveira que le ponía al Betis el partido de cara y la clasificación para la Liga de Campeones más creíble. Oliveira también se tomó en serio el encuentro. En ocasiones, demasiado. Le clavó los tacos a Generelo en una entrada innecesariamente brutal en un partido bastante noble.
El que no se entona -desde hace temporadas ya- es Denilson. Ayer corrió como un pollo sin cabeza. Sin irse de nadie. Sin amenazar nada. A la media hora de partido, consiguió bajar un pelotazo que alguien de su equipo se había quitado de encima en sus dirección, pero, a la hora de encarar, fracasó estrepitosamente.
En la primera mitad el balón fue más amigo de los zaragocistas. Álvaro estuvo a punto de aprovechar un fallo defensivo para marcar, tan pronto como en el minuto 4. Prats, en el que probablemente fuera su último encuentro como jugador bético, rechazó un cabezazo a bocajarro de Villa. Su mejor actitud fructificó en el gol de Savio. Un tanto de astucia que Prats tan sólo pudo mirar cómo sucedía. El menudo extremo brasileño superó la barrera con un toque sutil y colocadísimo.
Serra Ferrer actuó durante el descanso. Quitó a Denilson, que, de modo humillante, fue reemplazado en su puesto de la izquierda por el lateral derecho Melli. Joaquín se remangó y el fútbol de los béticos mejoró. Cada minuto que pasaba se notaba más y más que el Zaragoza no se jugaba nada. Su actitud fue muy digna. Nada que objetar. Pero es evidente que no se puede jugar igual con un objetivo que sin él.
Empató Juanito, remontó Oliveira y remachó Fernando. El Betis se acostó anoche como tercer clasificado. Aunque temporal, el puesto más alto que ha ocupado esta temporada. Su sueño es ganar la Copa, pero clasificarse para disputar la Liga de Campeones sería algo histórico. Y ya casi se lo puede creer.
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