Juego de contrastes

Este hombre es temperamento artístico en estado puro. Domina los resortes de la música clásica india con la misma soltura que el soul, el rhythm'n'blues, el drum'n'bass y hasta el minimalismo más cinematográfico, como en Tides. El suyo es un juego de contrastes en el que la secular tabla india comparte base rítmica con la batería o las voces blancas se entrelazan con las negras, y tan pronto evocan Bombay como Brooklyn. Por ese mismo motivo, Devinder Singh, ¡qué voz!, combina en su vestuario el kaftán tradicional con las zapatillas deportivas, mientras que en la pantalla gigante tan pronto se proyecta arte figurativo como sátiras contra la clase política más rampante (Bush, Blair, Berlusconi, Aznar) o la imagen de un mendigo despiojándose las barbas.

Presentó buena parte de su reciente Philtre, contagioso y bailable como pocos, e invitó a Marina y Max, de Ojos de Brujo, para interpretar el tema que comparten en ese disco, Noches en vela. Pero no es ése el mejor ejemplo de la vena aflamencada de Sawhney -otro flanco más en su talento poliédrico-, que despertó pasiones con Homeland o el endemoniado juego vocal de The conference.