Balañá y la propiedad del Novedades negocian el futuro del teatro

El futuro inmediato del teatro Novedades, situado en la barcelonesa calle de Casp, es hoy por hoy una incógnita. Desde 1959, el teatro viene siendo gestionado en régimen de alquiler por la empresa Grupo Balañà. El actual contrato vence el 31 de mayo, y todavía no está claro si la empresa continuará al frente del establecimiento. Si no hay acuerdo, el teatro podría estar cerrado al público durante un año.

El arrendatario del local, el Grupo Balañá, negocia actualmente las condiciones de renovación con la propietaria del local, la fundación privada Roca i Pi, pero por el momento los representantes legales de ambas partes no han llegado a un acuerdo. "Estamos evaluando las últimas propuestas de los propietarios", señala María José Balañá, responsable de la empresa.

El origen de las discrepancias es de índole económica. Los abogados de la fundación sostienen que los patronos consideran prioritario incrementar el rendimiento del local con objeto de disponer de mayores recursos para atender sus actividades asistenciales, principalmente en el ámbito de la tercera edad -la fundación mantiene una residencia de ancianos en Badalona-. Con este objetivo, y siempre de acuerdo con la versión de los letrados, habrían aprobado darse un margen de un año para estudiar la posibilidad legal de dar un nuevo uso al edificio.

En la decisión deberán evaluar los eventuales costes de transformar el teatro en un espacio adecuado a una actividad distinta y, por supuesto, ésta se hallará supeditada a las ofertas que se reciban. Se ha ofrecido a Balañá la posibilidad de prorrogar el contrato durante este año aumentando el precio del alquiler en función del IPC.

Incremento de la renta

El aumento, afirma Balañá, sería el segundo en medio año: el anterior contrato de alquiler venció en diciembre, y ya entonces la fundación propietaria condicionó la renovación a un incremento de la renta. De ahí que la empresa de espectáculos no vea con buenos ojos la nueva subida, que se considera una carga demasiado pesada para los potenciales beneficios generados por la actividad teatral.

En este contexto, los interesados tienen 10 días escasos para llegar a un acuerdo. Si éste no se produce, en la fundación Roca i Pi se admite que el teatro Novedades podría estar cerrado al público un mínimo de un año, y en este plazo se estudiaría su futuro, conscientes de que el mayor rendimiento económico del espacio pasa inevitablemente por destinarlo a un nuevo uso desvinculado de la actividad escénica. Es decir, que la cartelera barcelonesa podría perder un nuevo teatro.

Sin embargo, no está claro que ésta sea una salida sencilla porque la zona en la que el teatro se encuentra ubicado, junto al paseo de Gràcia, está ya copada por los grandes comercios. Ante esta incertidumbre, no se descarta que los representantes de la fundación privada rebajen sus pretensiones y éstas se amolden finalmente a las del Grupo Balañá.