Jimmy Martin, cantante y guitarrista de 'bluegrass'
Jimmy Martin, músico y leyenda de bluegrass, falleció el pasado sábado 14 de mayo en un hospital de Nashville, tras meses de lucha contra un cáncer de vejiga. Tenía 77 años y una extensa carrera como fino guitarrista y extraordinario cantante.
Su voz encajaba perfectamente en las necesidades del bluegrass, primo hermano del country al que se suele definir poéticamente como "el sonido agudo y solitario". Entre los temas que hizo suyos estaban Widow maker, Rock hearts, One-woman man, Sophronie, You don't know my mind y The sunny side of the mountain.
Martin, que gustaba de proclamarse como el rey del bluegrass, era todo un personaje, tan amado por su música como por sus vestimentas y sus fantásticas historias. Le encantaba contar sus persistentes esfuerzos para entrar en el Grand Ole Opry, el famoso espacio de radio ante el público que se emitía desde Nashville: aunque actuó en el Opry, incluso con su idolatrado Bill Monroe, el verdadero padre del bluegrass, nunca consiguió que le contrataran como miembro fijo de la compañía. Encontró mejor acogida en programas de la competencia, como Louisiana Hayride y WWVA Wheeling Jamboree.
Nacido el 10 de agosto de 1927 en Sneedville (Tennessee), Martin presumía de estar predestinado para la música: le echaron de su primer empleo, en una fábrica, por no dejar de cantar. Se profesionalizó como cantante del gran Monroe, los Blue Grass Boys y los Osborne Brothers antes de ponerse al frente de su propio grupo, los Sunny Mountain Boys, en 1955, que se convirtió en una verdadera academia para jóvenes instrumentistas del banjo y la mandolina.
Su exuberante personalidad, no exenta de aristas, le ganó el aprecio de un público de pelos largos a partir de 1972. Ese año tuvo una destacada participación en Will the circle be unbroken, el histórico triple elepé de la Nitty Gritty Dirt Band en el que la contracultura se encontraba -pacíficamente- con la plana mayor del bluegrass.
En la feliz definición de Jeff Hanna, guitarrista de la Dirt Band, Martin tenía "una temperatura superior a lo normal y aporta el fuego del rockabilly a la música de las montañas".
Típicamente, cuando los californianos quisieron que fuera de invitado a algunos de sus conciertos, Martin respondió que no, que era él quien quería contratarlos como banda de respaldo para sus actuaciones.
Garantía de espectáculo y humor simple, Martin era un habitual en los festivales de bluegrass que se celebran durante primavera y verano por el sur y el medio-oeste de Estados Unidos.
Martin fue inmortalizado por el cineasta George Goehl en el documental King of bluegrass: The life and times of Jimmy Martin (2003). Allí contaba sus delirantes aventuras como cazador y su peripecia musical. Figuras del country y del bluegrass (Marty Stuart, Tom T. Hall, Ralph Stanley) le rendían tributo, al igual que discípulos como Paul Williams, J. D. Crowe y Doyle Lawson. La película fue acompañada por Don't cry to me, un excelente muestrario de sus grabaciones.
La editora alemana Bear Family lanzó a mediados de los noventa Jimmy Martín & the Sunny Mountain Boys, una monumental caja con 146 canciones extraídas de los catálogos de Decca y RCA.
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