Velamazán rompe al Valencia
El Espanyol empata con un gol de última hora ante un rival diezmado por la expulsión de Palop
El Valencia le jugó como un equipo pequeño al Espanyol y acabó pagándolo muy caro porque no se llevó el triunfo que ya paladeaba en Montjuïc y que tanta falta le hacía para permitirse soñar con la próxima Liga de Campeones. Tarde, cuando ya parecía que le daba resultado y creía que le bastaba con meterse definitivamente en su área y achicar los últimos balones del partido, un trallazo de Velamazán le privó del triunfo. Llevó ventaja casi todo el tiempo, pero jugó de manera muy cicatera, algo que ni siquiera justificó la expulsión de Palop, que le dejó diezmado durante una hora de partido. El Espanyol no tuvo su mejor día, incapaz de cerrar bien atrás y muy obtuso ante el mazacote que contrarrestó sus afanes ofensivos.
ESPANYOL 2 - VALENCIA 2
Espanyol: Kameni; Ibarra, Lopo, Pochettino (Velamazán, m.75), David García; Jarque, Àlex (Amavisca, m.58); Maxi, De la Peña, Corominas (Dani, m.78); y Tamudo.
Valencia: Palop; Ruz (Di Vaio, m.85), Ayala, Navarro, Carboni (Cañizares, m.29); Rufete (Pallardó, m.79), Albelda, Baraja, Fabio Aurelio; Angulo y Vicente.
Goles: 0-1. M.19. Rufete dispara cruzado desde el borde del área. 1-1. M.32. Tamudo transforma un penalti. 1-2. M. 67. Kameni rechaza un tiro de Angulo, el balón da en David García y se cuela. 2-2. M.91. Velamazán engancha un tiro desde fuera del área.
Árbitro: Teixeira Vitienes. Expulsó a Palop (m.29) y amonestó a Àlex, Baraja, Rufete, Pochettino, Lopo, Albelda y F.Aurelio.
Montjuïc. 30.000 espectadores.
Antonio López dispuso una alineación muy aguerrida, apostada en su campo y predispuesta a darle tiempo al tiempo, a cederle el balón al Espanyol y a decidir el partido en un par de relampagueantes contragolpes. Dio la sensación de que le salía de primera al entrenador valencianista. Prescindió de Aimar y Di Vaio y llenó el medio campo con Fabio Aurelio, Baraja, Albelda y Rufete, mientras que por delante dejó muchos deberes en el repliegue a Vicente y Angulo pero al mismo tiempo les dio mucha libertad de movimientos cuando el Valencia se hacía con el cuero. La cosa es que, en la primera media hora, el Valencia pudo encarrilar el partido. Cada una de sus salidas creaba el pánico en la defensa del Espanyol. Vicente perdió una ocasión de oro al cuarto de hora en uno de los balones regularmente enviados en largo por sus compañeros desde su propio campo. Peinó mal Lopo en el intento de despejarlo y el cuero quedó a pies de Vicente que encaró a Kameni. Sin embargo, su remate fue justamente al lado contrario al que trató de enviarlo, es decir fuera.
No tardó mucho en producirse lo que se intuía. Fabio Aurelio, exhibiendo una fortaleza física portentosa, se llevó, por velocidad y convicción, un balón por la izquierda ante las narices de Àlex, coartado porque ya había visto una tarjeta amarilla. Fabio Aurelio vio a la perfección el desmarque de Rufete por el centro del ataque valencianista, le metió un pase en profundidad y el disparo seco y cruzado del volante derecho ni lo vio Kameni.
Todo le iba a pedir de boca al Valencia. El Espanyol no encontraba a De la Peña, muy intimidado por Rufete y contrarrestado por la legión de centrocampistas que le franqueaban el paso y la visión. Maxi le dio algún quebradero de cabeza a Carboni irrumpiendo para rematar los balones que le llegaban desde la izquierda, por donde se dejó caer Tamudo. En una de esas, se produjo una jugada que cambió el decorado. De la Peña trazó la diagonal, tocó de cabeza Àlex y Maxi trató de recortar ante la salida de Palop. El argentino, trompicado, cayó cuando parecía perder la vertical de la puerta. Pero el árbitro decretó penalti y expulsión de Palop. El Valencia se quedó con diez. López tuvo que retirar a Carboni y dar entrada a Cañizares, que fue superado en la pena máxima lanzada por Tamudo.
El partido tomaba otro cariz, el Espanyol se envalentonó. De no ser por la eficiencia de Fabio Aurelio, Maxi hubiera disparado a quemarropa cuando estaba a punto de llegarse al descanso. Y nada más empezar la segunda parte, un centro corrido de Amavisca, que acababa de relevar a Àlex, se paseó por la línea de gol sin que Corominas y Tamudo acertaran a empujarlo a gol. Pero lo que llegó fue el segundo gol del Valencia en una jugda magnífica, con un pase de tiralíneas de Rufete a Angulo, que se fue de Ibarra y disparó por bajo. Kameni rechazó pero el balón dio en el cuerpo de David García, que marcó en propia puerta. Lotina situó a De la Peña de medio centro y dio entrada a Velamazán y a Dani. La quema de las naves le dio resultado. Tarde, pero a tiempo para lograr un empate que permite al Espanyol continuar soñando con estar el año próximo en Europa.
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