_
_
_
_
_
Reportaje:FÚTBOL | El Barça conquista su 17º título de Liga

La gran juerga de Ronnie y Motta

Los dos brasileños fueron las estrellas del festivo regreso de Valencia, repleto de bromas, cánticos, cerveza y cava

No había pitado Undiano Mallenco el final del partido cuando Ronaldinho decidió que la fiesta podía empezar. Saltaba el gaucho golpeando con rabia el aire con el puño cerrado mientras Rijkaard y el resto de los inquilinos del banquillo se enlazaban hombro con hombro, rodeados por cientos de periodistas. Sopló su silbato el trencilla y la felicidad se desparramó sobre el césped de un campo que ya forma parte de la historia del barcelonismo. Faltaban once minutos para la medianoche; Ronaldinho se abrazaba a Motta, Oleguer a Puyol, Xavi encontró una senyera estelada y ya no se separó de ella, y Laporta los miraba emocionado desde el palco. 2184 dias de penurias habían llegado a su fin y el Barça era campeón de Liga.

Más información
Vibra el Barça

Si alguien necesitara un día explicarle a un marciano qué es la felicidad, bastaría que Ludovic Giuly le dejara el vídeo que grabó con su cámara en el vestuario visitante del Ciutat de Valencia y viera en acción a dos tipos vestidos con una camiseta color chino, uno con el 3 a las espalda, el otro con el 10. Incluso Eto'o, especialmente activo en el incicio de la celebración al duchar a cuantos vestidos con traje y corbata entraron en el vestuario, tuvo tiempo para cambiar su ropa de partido por la de viaje. Ellos, Motta y Ronaldinho, no. Cuando Carlos Naval gritó "nos vamos", no se habían quitado ni las botas. Y así se fueron al aeropuerto, donde les esperaba un enorme airbus 340, avión usado normalmente para vuelos largos.

Ocuparon directivos y sus acompañantes los asientos de primera clase del avión. En la zona siguiente, sentados los entrenadores en primera fila, el clan brasileño -escoltado por un activo Valdés- lideraba la celebración. Motta, que no pudo contener las lágrimas al abrazarse en el campo a Paco Seirul.lo, preparador físico del equipo, y Ronaldinho, que ya llevaba una corbata -"robada a no sé quien"- anudada en su cabeza junto a una bandera azulgrana, cantaban a quienes entraron en el avión: "Pasa, pasa pasa, pasa para atrás, pasa, pasa, pasa y no vuelvas más". Incierto el origen de la canción, hay quien asegura que va dedicada a los equipos que el Barça ha dejado a su espalda y, especialmente, al Real Madrid.

"Madrid, cabrón, saluda al campeón", se escuchó con fuerza dentro del vestuario y tímidamente, iniciado por Eto'o y Ronaldinho, durante el vuelo. El alirón se cantó con letras bien dispares sobrevolando el litoral mediterráneo de Valencia a Barcelona. Entre los directivos, lideró el hit-parade el tradicional "visca el Barça y visca Catalunya"; Valdés, Xavi y Gerard se acordaron de Oleguer -"solidario, reparte tu salario" y "Oleguer, alcalde de Sabadell" le cantaron- mientras vestido aún de futbolista, pero ya sin botas de tacos, Ronaldinho, junto a Motta y con la ayuda de Valdés, intentaron afeitar el bigote de Chema Corbella, el utillero. Tampoco faltaron mofas a Ten Cate, el ayudante de Rijkaard. Ambos brindaron con cerveza mientras el cava se desparramaba a su alrededor: "Es una güerra, esto es una güerra", se mofaron a costa de su castellano y de una de sus más célebres frases.

Del Prat al Camp Nou siguió la fiesta en un autobús descubierto, camino que Rijkaard prefirió realizar en la parte baja, solo y a oscuras. A las 05.30 h., ya en el Estadi, Ronaldinho que seguía vestido de futbolista, se abrazó a Laporta, el presidente, antes de pasar por la ducha. Al presidente se le vio especialmente emocionado tras abrazarse a Albert Perrin, viejo compañero en la lucha por cambiar el Barça, en una noche que no tuvo final y en la que Txiki Begiristain, aclamado por los aficionados, vivió como aturdido por la alegría.

La llegada de la expedición azulgrana a su regreso de Valencia significó una explosión multitudinaria de júbilo. La algarabía y los vítores a los nuevos campeones de Liga se prolongaron a lo largo de toda la noche y en toda la ciudad. Pero hubo dos epicentros, la tradicional concentración en la fuente de Canaletas, en la Rambla, que se efectúa después de cada triunfo significativo del club azulgrana, y el aeropuerto de El Prat. En Canaletas se congregaron alrededor de 40.000 aficionados, según informó la Guardia Urbana. En Canaletas, la aglomeración de gente fue tal que la Guardia Urbana cortó el tránsito rodado en algunas de las calles adyacentes por las que circulaban miles de vehículos tocando las bocinas y repletos de seguidores ansiosos de llegar al centro.

La madrugada se saldó con cuatro jóvenes detenidos, ocho heridos, tres de ellos por arma blanca, y doce contenedores quemados. Cuatro jóvenes, uno de ellos menor de edad, fueron detenidos por daños y atentado a la autoridad, mientras que tres personas que festejaban el triunfo liguero en Vía Laietana resultaron heridas por arma blanca en una reyerta, según informó la Jefatura Superior de Policía.

Van Bronckhorst y Ronaldinho, en la fiesta azulgrana.
Van Bronckhorst y Ronaldinho, en la fiesta azulgrana.VICENS GIMÉNEZ
Joan Clos, Joan Laporta y Josep Bargalló, en el palco del Camp Nou.
Joan Clos, Joan Laporta y Josep Bargalló, en el palco del Camp Nou.VICENS GIMÉNEZ
Los jugadores del Barcelona, encabezados por Ronaldinho, en plena celebración en el césped del Camp Nou.
Los jugadores del Barcelona, encabezados por Ronaldinho, en plena celebración en el césped del Camp Nou.VICENS GIMÉNEZ

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_