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El pintor Broto inventa un herbario abstracto y lo llama 'Botánica'

Una galería de Pamplona exhibe la obra más reciente del pintor de la abstracción

José Manuel Broto ha creado un herbario abstracto y le ha dado por nombre Botánica. En tintas pigmentadas sobre papel, de medianos y grandes tamaños y creadas manipulando programas gráficos, las nuevas criaturas del pintor aragonés (Zaragoza, 1949) siguen siendo deliberadamente abstractas. Sin embargo, sus formas orgánicas remiten al espectador al minucioso trabajo de dibujo científico de los exploradores del siglo XVIII y XIX.

Estos hijos digitales del artista han sido confeccionados este mismo año 2005, un trabajo que parece estar inspirado en el de los exploradores de otros siglos, que plasmaban la naturaleza que encontraban a su paso para darla a conocer en su lugar de origen. "Son de mi pura invención", explica, sin embargo, Broto. La galería Moisés Pérez de Albéniz de Pamplona muestra por primera vez al público la producción más reciente de este pinto aragonés, una veintena de trabajos sintéticos poblados de signos muy gestuales que parecen flotar en la superficie de cada obra.

Hasta finales del mes de junio la galería navarra se ha transformado en un particular jardín botánico. El ideado por José Manuel Broto como enlace con la idea de los grandes viajes a tierras exóticas de exploradores y naturalistas y la experiencia enciclopédica de la clasificación de las especies vegetales. "Me gusta viajar y amo los grandes paisajes sin gente. Cuando llega el ser humano empieza a destrozar el paisaje, a generar suciedad. Aunque no soy un pintor literario, esta idea es literaria", reconoce, "porque soy un pintor abstracto y estas series ofrecen una condensación sintética muy apropiada que tiene más relación con la música o la poesía".

Un paso más

Por ello, Broto ha querido dar un paso más. "En vez de contribuir a la extinción de las demás especies, yo he querido aquí contribuir a la extensión de las especies haciendo un repertorio casi borgiano, especies que a lo mejor podrían haber existido o pueden existir un día de éstos".

La exposición refleja la importancia que Broto concede al vacío y la creación de atmósferas silenciosas. El producto de su detallado trabajo en la programación informática son signos que poseen una extraordinaria capacidad metafórica y sugestiva y muestra la influencia que la estética oriental ejerce en su pintura. "Me encanta esa idea un poco irreflexiva de la caligrafía, la espontaneidad que transmite", aclara el pintor.

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Broto combina su trabajo mediante técnicas informáticas, en las que usa un estilete a modo de pincel, con los cuadros pintados con la técnica más convencional, de pinceles reales y pigmentos, que recientemente exhibió en la galería Soledad Lorenzo de Madrid. "El aspecto es pictórico. No se pierde la frescura. El proceso artístico se controla perfectamente. Es un instrumento dócil y las máquinas construidas por los hombres ofrecen resultados muy estimulantes e incluso azarosos porque se encuentran soluciones inesperadas", explica.

El que fuera cofundador del grupo Trama reside actualmente en París, la ciudad donde expuso por vez primera en 1984. Las creaciones abstractas de Broto, exhibidas en más de cien exposiciones individuales por todo el planeta, recibieron en 1995 el Premio Nacional de Artes Plásticas y el 1997 el premio ARCO de la asociación de críticos. Uno de los objetivos de su obra es que sea observada desde el punto de vista estrictamente pictórico, eliminando cualquier elemento que tenga que ver con algún asunto o contenido. "La abstracción enriquece. Todas las formas conducen a un referente. Yo dejo libre ese camino", señala el artista.

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