Deportistas
Como practicante del deporte desde mi juventud, he sido y soy usuario de los polideportivos municipales en muchas de sus instalaciones.
Hasta ahora y a lo largo de 40 años he visto cómo han ido evolucionando esas instalaciones para mejorar en general el entorno en el que lo practicamos; sin embargo, hay algo que últimamente me ha dejado preocupado y que me hace pensar si ha habido inflexión.
El pasado año, en el polideportivo al que acudo desde hace tiempo se han realizado obras de mejora en una parte en la que no vemos los usuarios su necesidad y, además, creemos que en vez de mejorar hemos empeorado.
Me explicaré: teníamos unos vestuarios con duchas de mandos para mezclar agua caliente y fría; después de una reforma de meses, ahora un botón y el agua está a la temperatura que deciden ellos.
Es decir, ellos consideran que me debo duchar con un agua de 35 a 40 grados, independientemente de la libertad que me ampara de tener mi propio criterio al respecto.
Sinceramente, han hecho para mí un suplicio de lo que antes era parte del gozo de hacer deporte.
Planteado el problema a la dirección (?) del centro, no han sido capaces de dar ninguna solución.
Muchas más reformas innecesarias se han realizado, como que no se pueda colgar absolutamente ninguna ropa en el vestuario, pues han cambiado las perchas por ganchos, o que ahora las ventanas de las duchas están a la altura del cuerpo y dan a la calle.
Además, resulta que, no sé si por el encarecimiento del uso de las instalaciones o porque estamos yendo hacia otro modelo de sociedad, la utilización por jóvenes ha disminuido, en mi opinión, de manera sustancial, sin que ello haya sido motivo de alarma. El encarecimiento, brutal para una economía de joven, que han sufrido las cuotas a pagar creo que será el motivo principal.
Entre los comentarios que se hacen por allí, el más generalizado es que hay que pagar los túneles, que son muy caros.
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