_
_
_
_
Reportaje:

Tokio ya sabe decir 'ole'

Una notable gala de bailaores clausura el primer ciclo del festival flamenco

Las galas tienen eso: se hincha uno a aplaudir. A mucha gente le dan miedo porque suelen salir frías, deslavazadas, lentas. A veces, si hay ensayos y director artístico (había y bueno: Manuel Marín), respiran y parecen casi un espectáculo pensado. Eso pasó ayer: la gente se hinchó a aplaudir. Con los lógicos altibajos, la Gala Flamenca que cerró la primera semana del Festival de Tokio fluyó suelta y variada, tuvo medida, un nivel notable y destellos de emoción y arte. La reaparición de Merche Esmeralda tras tres años sin bailar fue la cima emotiva. En cuanto al arte, brilló el rescate de los tangos en pareja: breve obra maestra de El Güito y Carmen Cortés.

Tras cinco noches de flamenco bueno y mejor, la entregada afición japonesa se soltó ayer el pelo y se puso a decir "ole" con precisión pasmosa. Según Kioko, maestra de baile y ex alumna de El Güito, "los japoneses aprenden todo, flamenco incluido, a velocidad de vértigo". Pues sí: la primera vez fue un "ole" metálico, con ecos de catana y haraquiri, pero la segunda ya decían "eeele" con una largura y un conocimiento que el Tokio International Forum parecía Lebrija.

El primer "ole" se lo dijeron a El Güito en la espectacular presentación por martinetes de toda la compañía, aunque sería mejor decir elenco, dada la corta vida de esta pobre gala: repite el jueves en la Expo de Aichi y se disuelve. Allí estaban los tres jóvenes, Rafaela Carrasco, Rocío Molina y Carlos Rodríguez; y los tres maestros: Merche Esmeralda, Carmen Cortés y Eduardo Serrano, El Güito. Dos generaciones, o quizá tres, y dos maneras de entender el flamenco.

Los jóvenes son como son: ágiles, técnicos, flexibles, guapos, se dejan llevar por los vientos de la danza contemporánea y bailan con fantasía y facultades (enormes las de Carlos Rodríguez, muy aplaudido en su sudado baile por nanas junto al saxo de Perico Sambeat y la guitarra de Gerardo Núñez, quien luego regalaría un solo eléctrico y sutil coronado con "oles" y "eles"). Rafaela Carrasco y Rocío Molina también cosecharon ovaciones, tanto juntas (en unas alegrías deslavazadillas) como por libre: Molina por guajiras, con su inesperado homenaje a Merche Esmeralda (sacó un abanico de no se sabe dónde); y Carrasco en las difíciles malagueñas, más meritorias aún visto el pantalón de pana.

Los maestros son otra cosa: majestuosos, quietistas o arrebatados, elegantes de natural, gente que lo ha visto todo y sale al escenario a morir y matar. Así salió Merche Esmeralda por siguiriyas, guapísima y poética con su mantón, como si el tiempo no hubiera pasado. Ha pasado, pero ella lo ignora a base de convicción. Sigue siendo muy seductora, y si falta leña se dobla entera hacia atrás a compás, o se levanta la falda hasta el tuétano, o se tira al suelo: ¡larga vida!

El arrebato fue gitano, como suele. Carmen Cortés es pólvora y raza, las manos a lo bonzo, los brazos como aspas. Se comió el escenario y perdió todos los avíos que llevaba en la soleá. Pero su maravilla fue antes, con El Güito por tangos, en clásica creación a medias, abrazados un rato, fuera de simetría a veces pero siempre geniales, sobre todo en el mutis, antología de flamencura.

La soleá de El Güito acabó entre "oles", "eles" y "ales". Fue más corta de lo habitual por necesidades de medida de la gala, pero tuvo lo suyo: empaque y torería, los paseos flamenquísimos, los pies acariciando la tierra...

Luego fue el fin de fiesta, el hasta luego del romance Tokio / flamencos. En las inevitables pataditas, todos brillantes, incluso el director artístico. Y los asistentes a la gala, ejerciendo: hinchándose a aplaudir. Para que fuera gala-gala sólo faltó Mar Saura presentando los números: "¡Cómo lo estamos pasando en Mazarrón, señoras y señores!".

Rocío Molina, Merche Esmeralda, Carmen Cortés, El Güito y Rafaela Carrasco, de izquierda a derecha, ayer, en la Gala Flamenca.
Rocío Molina, Merche Esmeralda, Carmen Cortés, El Güito y Rafaela Carrasco, de izquierda a derecha, ayer, en la Gala Flamenca.CRISTÓBAL MANUEL

Babelia

Las novedades literarias analizadas por los mejores críticos en nuestro boletín semanal
Recíbelo

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_