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Entrevista:Jordi Sevilla | Ministro de Administraciones Públicas

"La rueda de reformas de este Gobierno no la va a detener el PP desde la oposición"

Jordi Sevilla Segura, de 49 años, ministro de Administraciones Públicas, tiene un cometido muy complicado: gestionar desde el Gobierno central las reformas territoriales, especialmente la financiación autonómica. Es muy nítido

a la hora de pronunciarse sobre la propuesta de la Generalitat de Cataluña. Opina que, de generalizarse, desaparecería

el Gobierno central. Pero confía en un acuerdo con la Generalitat de aquí a finales de año.

El ministro de Administraciones Públicas, Jordi Sevilla, recibió a EL PAÍS en su despacho el viernes, tras el Consejo de Ministros y al día siguiente de la celebración del Debate sobre el Estado de la Nación. El objetivo de la entrevista era el modelo territorial, que el Gobierno y el propio Sevilla pensaban que iba a ser el centro del debate. Pero, para sorpresa generalizada, lo fue la lucha antiterrorista, a instancias de Mariano Rajoy. Sevilla expresa su preocupación por la "deriva radical" del PP, pero asegura también que, aunque Rajoy se oponga a "la rueda de reformas del Gobierno, ésta no se va a detener".

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Pregunta. ¿Qué sintió al oír cómo el señor Rajoy les acusaba de haber traicionado la memoria de los muertos por el terrorismo?

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Respuesta. Vergüenza ajena. Creo que el señor Rajoy se estuvo situando, para hacer méritos ante la cúpula de su partido, en una posición que en este país nada más defiende la extrema derecha.

P. ¿Hay alguna posibilidad de recomponer los platos rotos?

R. No pierdo la esperanza. El PSOE y el Gobierno no estamos dispuestos a perder la cabeza y la racionalidad. Este país tiene muchos problemas por delante, en gran parte consecuencia de un Gobierno anterior que exacerbó muchos problemas y no resolvió otros muchos. El Gobierno quiere resolver esos problemas con un amplio consenso, incluido, si es posible, y es deseable, el PP. Pero la rueda de las reformas, de los progresos, de la mejora del país, no la va a detener el PP desde la oposición con una especie de echarse al monte.

P. ¿A qué atribuye la dureza del discurso de un hombre moderado como Mariano Rajoy?

R. Creo que Rajoy toma posiciones ante un mal resultado en Galicia. Hay que interpretarlo en la clave de que cuando el PP pierda la Xunta de Galicia nadie le pueda pedir a él responsabilidades diciéndole que ha sido muy blandito con Zapatero.

P. ¿Cree entonces que después de esas elecciones puede haber un cambio en el PP?

R. Va a tener que haberlo por dos razones. En primer lugar, porque el señor Rajoy, con su intervención en el debate de la nación, situó el listón de la confrontación, de los insultos y de la crispación tan alto que es muy difícil pensar qué más lejos puede llegar en esa línea. Y en segundo lugar, porque creo que después de la intervención del señor Rajoy el PP ha debido perder entre millón y medio y dos millones de votos, que en algún momento llegaron a creerse que eran de centro y que ahora han comprobado que han vuelto a la Alianza Popular de los siete magníficos. El PP va a tener que aclararse. Creo que el PP no va a poder mantener cuatro años esta estrategia de confrontación. El discurso del señor Rajoy fue más duro que aquel otro de Aznar del váyase señor González. Pero aquel fue el punto final de una campaña de crispación orquestada desde el PP durante años. Éste ha sido el comienzo, ¿hasta dónde más va a ir el señor Rajoy después de esta intervención tan tremendista, tan catastrofista, en la que no habló de ninguno de los problemas que afectan a los ciudadanos?

P. Teme que las víctimas del terrorismo acaben enfrentándose con el Gobierno.

R. Creo que el PP tiene esa estrategia: sembrar la confrontación en España y desatar contra el Gobierno todas las iras acumuladas. Si hablamos de víctimas en este país, todos tenemos víctimas... Yo me siento próximo a todas las víctimas, hayan sido guardias civiles, civiles, concejales del PP o del PSOE. Por tanto, es posible que en algunos sectores puedan encontrar eco estos planteamientos del PP, pero estoy convencido de que nadie duda del tributo de sangre que el PSOE ha dejado durante estos años en la lucha por la democracia en el País Vasco y contra ETA. Éste es un Gobierno que no está negociando con terroristas ni les va a ofrecer un precio político para la paz. En el año de legislatura que llevamos hemos detenido a 175 etarras.

P. El PP les acusa de no haber querido ilegalizar EHAK cuando saben que se trata de una continuación de Batasuna.

R. Estamos hablando de un partido que legalizó el señor Acebes siendo ministro de Interior y el señor Rajoy vicepresidente del Gobierno. Tiene guasa que nos acusen de no ilegalizar a un partido que ellos legalizaron. Yo creo que aquí el PP practica el relativismo moral que tanto condena el nuevo Papa. Las cosas están bien si las hace el PP y están mal si las hace el Gobierno de Zapatero. Creo que eso es un nivel de hipocresía que contradice la doctrina última de la Iglesia.

P. ¿Qué piensan hacer ante la falta de apoyo del PP a las reformas planteadas por el Gobierno?

R. No vamos a cejar en nuestro empeño de pactar, de consensuar, de hablar con el PP sobre todo aquello que preocupa a los españoles, pero tampoco les vamos a reconocer el derecho de veto, ni vamos a reconocer que si al PP no le gusta algo no pueda haber una mayoría parlamentaria alternativa que lo saque adelante.

P. Las reformas constitucionales son imposibles sin el PP.

R. Es el único punto, pero tendrán que explicar por qué no quieren que se quite la discriminación por sexo en la sucesión de la Corona o tendrán que explicar por qué no están dispuestos a reformar el Senado. En todo lo demás queremos que esté el PP, pero no puede estar dando órdenes.

P. El PP duda que ustedes tengan un modelo de Estado claro.

R. El PP sigue preguntando pese a que le hemos contestado 14.000 veces que nuestro modelo de Estado es la Constitución y el Estado autonómico y que lo único que queremos es que funcione mejor la España autonómica. Y para ello creemos que se tienen que hacer cuatro reformas constitucionales y mejorar los instrumentos de cooperación entre las administraciones autonómicas y la central.

P. Joan Puigcercós [portavoz de ERC en el Congreso] les dio la bienvenida al club...

R. Yo no tengo por qué sentirme vinculado por todas y cada una de las declaraciones de mis socios, como supongo que ellos tampoco se sienten vinculados por todas y cada una de las declaraciones de miembros del PSOE.

P. ¿Cree que en las condiciones que se están dando puede salir adelante la propuesta de reforma de Estatuto de Cataluña que defiende el Gobierno de Maragall?

R. Creo que CiU está en una posición muy complicada porque algunas de las declaraciones de sus líderes son una enmienda a la totalidad de 23 años del Gobierno de CiU y del señor Pujol. Considerar ahora insuficientes propuestas con un nivel de soberanismo muy elevado es una contradicción que tiene CiU y que acabará resolviéndola. Espero y deseo un sentido de búsqueda de acuerdos y no de búsqueda de ruptura. Que no aplique como el PP aquello de o mío o de nadie.

P. ¿El Gobierno mantiene su compromiso de aprobar en el Congreso aquello que venga aprobado del Parlamento catalán?

R. El Gobierno sigue convencido de que una reforma estatutaria que salga con la mayoría suficiente en el Parlamento de Cataluña será una propuesta razonable. Y el Gobierno también escucha cómo el Gobierno de Cataluña está diciendo que la propuesta en la que están trabajando es una propuesta de negociación y, por tanto, será una propuesta negociada.

P. ¿Cataluña será la referencia para el resto de reformas?

R. En la práctica lo está siendo. Representa una alternativa a lo que fue el ya olvidado Plan Ibarretxe. Pasado a la historia gracias a la estrategia de este Gobierno. Todas las autonomías miran de reojo lo que haga Cataluña, hasta el punto de que un dirigente muy importante del PP, el presidente de la Comunidad Valenciana, quiso introducir un artículo en su Estatuto de que cualquier mejora que se produjera en el Estatuto de Cataluña sería aplicable a la Comunidad Valenciana.

P. ¿Y para el País Vasco, será un modelo Cataluña?

R. En la medida en que se ponga en marcha una dinámica que aglutine a una mayoría de dos tercios, tres quintos, algo más que el 51% contra el 49%, y se abandone cualquier pretensión de que el Estatuto es un instrumento de reforma de la Constitución. No sé si será Cataluña el modelo, pero se producirá un avance muy sustancial en la convivencia del País Vasco y en sus niveles de autogobierno, dentro de una senda constitucional y legítima.

P. ¿Hay margen para más descentralización?

R. No. El grueso de la propuesta del Gobierno en torno al debate territorial no es tanto el discurso de las competencias, como el discurso de la cooperación. Por eso la propuesta de debate territorial no gira en torno a las competencias sino a la cooperación entre las tres administraciones de España. En el debate debe quedar claro que las tres administraciones deben respetar las competencias de las otras y que las tres deben tener un sistema de financiación propio y suficiente para sostener las competencias que la Constitución les atribuye.

P. ¿Da usted por muerto el Plan Ibarretxe?

R. Está enterrado. Lo ha enterrado el Parlamento de España, la soberanía nacional, pero también los ciudadanos del País Vasco. Creo que eso no quiere decir que una parte de la sociedad vasca crea hallar en el plan Ibarretxe respuesta política a sus aspiraciones. Pero en este momento no creo que el debate político en Euskadi gire en torno al plan Ibarretxe.

Jordi Sevilla, en su despacho del Ministerio de Administraciones Públicas el viernes pasado.
Jordi Sevilla, en su despacho del Ministerio de Administraciones Públicas el viernes pasado.GORKA LEJARCEGI

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