"Deco, increíble"

Tomó la pelota con las manos y, enfurecido, la tiró contra el césped. El Chelsea acababa de meterle el tercer tanto al Barcelona en apenas 20 minutos. Y él no lo aceptaba. Mientras el balón rebasaba su altura, el resto de compañeros le miraron; sabían que tenían que escucharle, que Anderson Luis de Souza, Deco (Sao Bernando, Brasil, 1977), podía explicarles qué pasaba. "Si en algo destaca es por su inteligencia en el campo. Siempre va de cara; igual te puede echar una bronca que regalarte un elogio, pero casi nunca se equivoca", asegura Oleguer. Deco, entonces, se acercó a todos los que le rodeaban: "Les dije que estábamos jugando a lo que quería Mourinho. Él sabía que nuestro punto fuerte era entrar por el centro y que por eso el Chelsea nos esperaba atrás, se cerraba por el medio y salía al contragolpe. Me enrabieté para explicarles que teníamos que abrir las bandas, no perder los balones tan rápido y realizar pases más seguros". El Barça, aunque perdió la eliminatoria, marcó dos tantos y ofreció una imagen diametralmente opuesta a la exhibida hasta el momento. "Fichamos a un campeón", sentenció Txiki Beguiristain, secretario técnico azulgrana, el día después de que el brasileño nacionalizado portugués estampara su rúbrica con el Barça. Lo hizo en la residencia de la Academia Deportiva del Sporting de Lisboa, en la habitación del seleccionador portugués, Luiz Felipe Scolari, por obra y gracia del vicepresidente Sandro Rosell, su valedor. Pero el Barça ya se había interesado por el futbolista hace un par de años: "No fuimos a por él hasta que el técnico, Frank Rijkaard, por teléfono, me dijo: 'Deco, increíble'", explica Joan Laporta, el presidente del club. Y añade: "Sabía que era bueno. Pero desde que está aquí me he dado cuenta de que es el mejor jugador de equipo del mundo". Deco agradece la alabanza pero se limita a comentar: "Hay días en que estoy inspirado y en los que pienso que nadie me puede parar. Pero cuando las cosas no salen prefiero dar pases sencillos para luego arriesgar más. Si siguen sin salirme, me centro en el aspecto táctico para no descompensar el trabajo del resto, para ganar". Y vencer, precisamente, es lo que el futbolista siempre tiene entre ceja y ceja: "La sensación de ganar es la mejor", dice Deco. Juan Carlos Unzue, el preparador de porteros, analiza su mentalidad: "Da igual que sea lunes, martes u otro día, que sea un rondo, un partidillo o una partida de cartas; siempre quiere ganar". No se le da mal: en tres temporadas ha reunido seis títulos: una Copa de Europa, una de la UEFA, una Copa y dos Ligas portuguesas con el Oporto y la Liga con el Barça.

"Sabía que era bueno, pero ahora sé que es el mejor jugador de equipo del mundo", afirma Laporta

Cuando ha sido menester, le ha dicho a Rijkaard lo que nadie se atrevía a decirle

La dos palabras que Rijkaard le dijo a Laporta durante la Eurocopa estaban fundamentadas: el holandés quería a alguien en el centro del campo que, además de organizar el ataque, anulara al rival. A buen seguro influyó verle de lateral derecho en la pasada Eurocopa ante Inglaterra tras haber realizado Scolari los tres cambios permitidos. "Creo que el técnico estaba confuso", bromea Deco. Pero ni Cole ni Scholes le rebasaron. ¿Casualidad? Las estadísticas de Deco en la Liga, a pesar de que asegura de que no es polivalente y que su sitio está únicamente en el centro del campo, dicen que no. Es el futbolista que más faltas ha hecho y el quinto que más ha recibido. Le han mostrado 11 tarjetas amarillas y ha provocado, además de dos rojas, otras 10. Pero no sólo eso, sino que ha dado 8 asistencias de gol y ha marcado otros tantos. Deco simplifica: "Meto pocos goles". Pero se explaya a la hora de razonar el hecho de ser el jugador que más balones pierde en la Liga: "Tengo que controlar el ritmo del partido, del equipo, y no puedo correr muchos riesgos. Pero no es mi estilo, siempre doy la cara y siempre los asumiré para ganar". Pero para Rijkaard, a Deco no sólo se le puede juzgar por los números: "Disfruta sobre el campo y sabe cómo presionar al rival". Víctor Valdés considera que "sabe aguantar bien al contrario. Por la distancia que nos separa en el campo no puedo hablar demasiado con él. Pero no hace falta porque siempre lo hace bien". Y Deco coge el testigo: "La presión tiene dos momentos: cuando atacas y pierdes el balón, que es el mejor momento para presionar porque el otro equipo no tiene las líneas preparadas para contratacar, y cuando el rival saca de portería o está organizado, que es donde hay que esperar para poder robársela y montar el contragolpe". En Brasil se le conoce como Maradoninha; en Portugal como SuperDeco y en el Camp Nou, simplemente como Deco, pero todos coinciden en que el timón del Barça es un ganador nato. Ha sido el referente del equipo y el jugador que cuando ha sido menester le ha dicho al entrenador lo que nadie se atrevía a decir.