El 12% de los electores en los próximos comicios gallegos reside en el extranjero
Fraga viaja a Buenos Aires, la tercera ciudad con más votantes tras Vigo y A Coruña
A falta de 40 días para las elecciones autonómicas gallegas, el presidente de la Xunta, Manuel Fraga, pasará una semana en el extranjero. Y no porque Fraga se desentienda de la batalla de los comicios. El presidente gallego viaja el próximo miércoles a Buenos Aires en una visita en teoría institucional, aunque con propósitos electorales. En la capital argentina hay más 90.000 gallegos con derecho a voto en los comicios del próximo 19 de junio, un censo que sólo superan dos ciudades de la comunidad, Vigo y A Coruña. Los residentes en el extranjero constituyen ya casi el 12% de los electores de Galicia.
A efectos electorales, Buenos Aires y el resto de Argentina son algo más que la quinta provincia gallega, como se le empezó a llamar después de la diáspora masiva de la primera mitad del siglo XX. En Argentina hay censados 100.857 gallegos, más que los electores residentes en ciudades como Ourense, Santiago, Ferrol o Pontevedra. Fraga pasará una semana en Buenos Aires y Montevideo, la capital uruguaya, donde hay otros 27.618 gallegos o descendientes de gallegos con derecho a voto.
El censo de residentes ausentes no ha cesado de crecer en los últimos 15 años, especialmente en los países suramericanos, gracias a la flexibilización de los requisitos para que los descendientes de españoles obtengan la nacionalidad y a la activa política de la Xunta para promover la inscripción de nuevos electores.
Desde 1993, los emigrantes con derecho a voto se han triplicado. Con respecto a los anteriores comicios autonómicos de 2001, el censo se ha incrementado en un 13,88%. El próximo 19 de junio, casi 12 de cada 100 electores con derecho a voto reside en el extranjero. El porcentaje se dispara en la provincia de Ourense, donde el 19,1% del censo total son residentes ausentes.
Influencia decisiva
Si el resultado de las elecciones fuese ajustado, como anuncian las encuestas, los votos de la diáspora podrían tener una influencia decisiva y, presumiblemente a favor del PP, que en las dos últimas elecciones autonómicas obtuvo más del 60% de esos sufragios. En los comicios de 1997, los votos del extranjero ya permitieron al PP privar de un escaño obtenido por el Bloque Nacionalista Galego (BNG) en el recuento provisional. De todos modos, la influencia de los residentes ausentes queda mitigada por sus bajos índices de participación, que nunca han rebasado el 25%. Si el próximo 19 de junio la afluencia a las urnas, tanto en Galicia como en el exterior, fuese la misma que hace cuatro años, los sufragios emitidos en el extranjero no superarían el 5% del total.
Los partidos, especialmente el PP, esperan aumentar esta vez la movilización de los emigrantes. Con este propósito, los populares, apoyados por los socialistas, han promovido una reforma de la ley para ampliar los plazos de emisión de los sufragios desde el extranjero. Hasta ahora, eran contabilizados los votos que se recibían hasta la víspera de la jornada electoral. Hace cuatro años, quedaron sin escrutar más de 11.000 votos que se habían recibido fuera de plazo. Tras la reforma aprobada recientemente por el Parlamento gallego, habrá una semana más para contabilizar los sufragios del exterior.
En caso de un resultado muy reñido en Galicia, habría que esperar hasta el 28 de junio para saber si Fraga obtiene la mayoría absoluta o se abre la posibilidad a un Gobierno de coalición entre el PSdeG-PSOE y el BNG.
La abrumadora hegemonía del PP entre los votantes del exterior está estrechamente vinculada a la actividad institucional de la Xunta en Latinoamérica, donde ha desarrollado una intensa política asistencial para un colectivo en el que abundan las personas en precaria situación económica. Las visitas de Fraga y de sus consejeros han sido constantes en los 15 años que lleva el PP gobernando en Galicia, en la mayoría de las ocasiones con el propósito de entregar personalmente las ayudas.
Desde hace cuatro años, la Xunta tiene una Consejería de Emigración, cuyo titular, Aurelio Miras Portugal, ha sido el último en viajar a América. Estuvo el pasado 17 de abril en Cuba -donde hay 7.366 gallegos censados- para entregar 110 gafas graduadas y otras 148 de sol.
Esa política, junto a las inscripciones masivas en el censo, permitió a Fraga hacerse con un feudo electoral que, durante los años del Gobierno de Felipe González, era mayoritariamente fiel al PSOE. Pero la tendencia se invirtió en las elecciones europeas de hace un año, las primeras celebradas tras el retorno de los socialistas al poder. Para sorpresa general, el PSOE logró el 51% de los votos de los emigrantes gallegos y el PP, que en las autonómicas de 2001 había rebasado el 65%, se quedó esta vez en el 38%.
Los socialistas se han afanado en los últimos meses por arrebatar a la Xunta el patrimonio de la política asistencial en América. El Gobierno ha designado a un dirigente del PSdeG-PSOE, Miguel Cortizo, embajador especial para la emigración, un nombramiento que, según Fraga, tiene como único propósito, "enredar con los votos".
El ministro de Trabajo, Jesús Caldera, también estuvo recientemente en Buenos Aires, acompañado del líder del PSdeG, Emilio Pérez Touriño, para firmar un convenio con el Gobierno argentino que garantiza asistencia sanitaria a 20.000 emigrantes.
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