Visita especial en un día muy especial

Don Juan Carlos no se pierde un gran premio. Ayer, tampoco. Si cabe, el anuncio del embarazo de doña Letizia no hizo sino provocar mayor expectación y un ambiente aún más festivo en Montmeló. "¡Felicidades, Majestad!", se oía gritar a muchos aficionados desde un lado y otro del paddock. El Rey departió con todos los pilotos españoles. Desde Fernando Alonso, que accedió con una sonrisa a firmar los autógrafos que le pidieron dos hijos de Iñaki Urdangarín, hasta una de las jóvenes promesas que le presentó, orgulloso, el presidente de Asturias, Vicente Álvarez Areces: se llama Javier Villa, tiene 17 años, participa en el Campeonato de España de la Fórmula 3.000 y es asturiano, como Alonso.

El Rey, un gran aficionado, se interesó por muchos detalles. "Estoy orgullosísimo de estar con estos chavales fantásticos", manifestó, "que son ya, fijáos a qué edad, unos ídolos para nuestra juventud". Así, recordó al padre de Alonso, José Luis, los tiempos en los que visitaba Montmeló y daba ánimos al ahora líder del Mundial, que militaba en Minardi, la escudería más modesta de la fórmula 1.

Don Juan Carlos fue acompañado por el presidente de la Generalitat de Cataluña, Pasqual Maragall; por otro buen aficionado de la F-1, Josep Bargalló, primer consejero de la misma, y por el alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón, que dio fe del apoyo a la candidatura olímpica de su ciudad. A una inmensa pancarta en el frontispicio de la tribuna principal se unió otra con la inscripción de Madrid 2012 en el semáforo que regulaba la salida de la carrera.

El Rey departió con el patrón de la F-1, Bernie Ecclestone, poco antes de dar un par de vueltas al circuito en el coche de seguridad como copiloto del bicampeón mundial de rallies Carlos Sainz. Poco antes del inicio de la carrera, charló con Michael Schumacher, con el que ha hecho buenas migas, y un rato antes se dirigió al paddock de GP2, en el que dialogó con Borja García, del equipo Racing Engineering, de Alfonso de Orleáns, y le felicitó por la carrera en la que pasó del 22º al décimo puesto. "Me ha comentado que estaba contento de que haya otro español que empieza a despuntar y que a ver si podíamos tener a otro en la F-1", explicó García.