"Es fácil esconder a un discapacitado tras un ordenador"
Aitor Oroza nació en 1976 en Bilbao con parálisis cerebral. Los médicos, según asegura, le pronosticaron toda una vida en silla de ruedas. Nunca la ha usado. La suya es una historia de superación. A los nueve años aprendió a andar solo -antes lo hacía siempre de la mano de alguien- y a los 15, a montar en bicicleta, una adaptada de cuatro ruedas. Con 28 años ha conseguido ser subcampeón del Mundo y de Europa en su especialidad de ciclismo paralímpico y cinco veces campeón de España. Este año competirá a primeros de julio en EEUU en el Mundial y, una semana antes, por el Campeonato de España.
Pregunta. Su capacidad de superación es envidiable.
Respuesta. La gente que está sana no valora lo que tiene. No se pone ciertos retos porque sabe que mañana, si quieren, lo podrán intentar. Pero yo no, no sé si puedo hacer ciertas cosas y por eso quiero hacerlo todo, para ver hasta dónde puedo llegar.
P. ¿Siempre con el ciclismo?
R. No. También he hecho natación, piragüismo, he montado a caballo y he subido al Pagasarri.
P. ¿Y de estudios?
R. Tengo el Graduado Escolar y he estudiado informática básica. Pero también sé mucho sobre mi discapacidad, tanto como los médicos. Las personas con parálisis cerebral somos muy nerviosas y con problemas motores.
P. ¿Y no ha seguido el camino de la informática? Las nuevas tecnologías facilitan la integración laboral de los discapacitados.
R. Me gustan los ordenadores, sí, pero no para dedicarme a ello. Es muy fácil esconder a un discapacitado tras un ordenador, al fondo de una oficina. Sin embargo, un discapacitado necesita moverse, salir, estar en el mundo y comprobar que puede valerse por sí mismo.
P. Como usted.
R. Sí, pero no puedo encargarme de todo.
P. ¿Por ejemplo?
R. Ahora tengo un proyecto, que no puedo llevar a cabo yo solo. Querría establecer el récord de las 24 horas. Para el Libro Guiness. En el mundo del ciclismo profesional todo el mundo conoce a Lance Armstrong, que es el primero, pero ¿quién es el segundo? Nadie le conoce. Yo quiero que quede algo de mí, ser recordado por algo.
P. ¿Y en qué consistiría su récord?
R. Estaría pedaleando 24 horas, en una pista, en favor de los niños maltratados, por quienes se hace poco, pero necesito que alguien me organice el evento. Yo tengo que entrenarme, y necesitaría al menos un año de esfuerzo. Se lo he propuesto a Unicef, que ha aplaudido mi idea, pero no he recibido respuesta.
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