La construcción olvida el ladrillo
Los grandes grupos españoles aceleran y aumentan su inversión en sectores menos cíclicos de la economía, y en mercados exteriores, para apuntalar su crecimiento y rentabilidad futura
El ladrillo pesa cada vez menos en el resultado operativo de las constructoras. Los planes estratégicos y las últimas operaciones corporativas apuntan a otros sectores menos cíclicos y a los mercados internacionales como diana de sus inversiones y como salvaguarda de sus cuentas y de su independencia.
Todos los grupos buscan reducir la participación porcentual de la construcción en sus cifras totales de ventas, pero al tiempo ninguno renuncia a la obra pública y a la edificación porque son actividades que generan mucha caja y les permiten afrontar su desembarco en otros negocios y países.
La atonía de la contratación pública en 2004 en España y la expectativa de una desaceleración en el mercado de la vivienda explica el que las grandes constructoras e inmobiliarias hayan reforzado sus políticas de diversificación.
Así, FCC y Acciona han anunciado que van a gastarse 3.000 y 2.000 millones de euros, respectivamente, en adquirir empresas ajenas a la construcción. Sacyr ha empleado ya las plusvalías de su inversión de ida y vuelta en BBVA en comprar una empresa de medio ambiente, Sufi, que le permite cuadruplicar su facturación en servicios. ACS prepara un acuerdo con Abertis y Aena para operar concesiones aeroportuarias. Y Ferrovial ha invertido ya este año más dinero que en todo 2004.
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