Alonso, lanzado
El español logra el segundo tiempo en un circuito teñido de azul asturiano y sólo Trulli y Raikkonen pueden discutirle la 'pole'
Cuatro bólidos quedaron separados sólo por siete centésimas de segundo y nueve entraron en el mismo segundo al final de la primera clasificación cronometrada del Gran Premio de España de fórmula 1. Es el signo más evidente de la tremenda igualdad que existe entre las escuderías más punteras. Las cosas se han igualado. Algunos creen que es una consecuencia de lo bien que todos los equipos conocen el circuito de Montmeló, en el que se están entrenando la mayor parte del invierno. Otros opinan que eso sólo constata que han crecido tras las primeras carreras y que se están acercando a Renault, que es el rival a batir por lo que se ha visto hasta ahora: ha ganado en todas las citas.
"Contra quien estoy luchando es contra Schumacher. Nunca hay que descartarle"
La cuestión es que Fernando Alonso tuvo ayer problemas con el chasis que le impidieron prácticamente salir durante la primera sesión de los entrenamientos libres. Su equipo los resolvió rápidamente y el español pudo rodar en 1m 15s en la segunda sesión. Así que entró en la primera clasificación habiendo completado sólo cinco vueltas. Era un inconveniente porque no tenía claro todavía hasta dónde podía llevarle su Renault. Pero no falló.
Fue el último que salió y, por tanto, sabía ya que el Toyota de Jarno Trulli había marcado un tiempo de escándalo (1m 14,795s) y que el finlandés Kimi Raikkonen había mantenido el liderato (1m 14,8s) hasta la aparición del italiano. Había descubierto ya que estos dos coches serían serios rivales no sólo para la consecución de la pole position, sino también para la carrera de hoy. Y le tranquilizaba comprobar que el alemán Michael Schumacher no había logrado llevar su Ferrari más que a una preocupante sexta posición -al final sería la séptima-, seis décimas por detrás del líder.
Tenía todos estos datos en la mano Alonso cuando inició su vuelta de clasificación. "Era fácil cometer errores y, en realidad, creo que pude hacerlo mejor en algunos puntos del trazado", comenta. Sin embargo, su coche voló y llegó a ser líder en el primer tramo, pero luego perdió unas milésimas y acabó colocándose en segunda posición, tan sólo a 16 de Trulli. "No está mal", confiesa; "es para estar satisfecho. Seguro que es la mejor vuelta que he dado en la fórmula 1: frente a mi público, vitoreado todo el tiempo y con todo el mundo disfrutando conmigo".
Alonso afirma que estar en la pole position no le será fácil: "Si tuviera que apostar por alguien lo haría por Raikkonen". Tanto el McLaren como el Toyota de Trulli son rivales a tener en cuenta a una vuelta cuando hoy se dispute la segunda cronometrada, cuyo tiempo se sumará al de ayer para componer la parrilla de salida. Sin embargo, el asturiano es consciente de que su principal adversario para la carrera y el título mundial es otro y se llama Schumacher.
"Sí", asegura Alonso; "desde la perspectiva del campeonato, está claro que contra quien estoy luchando es contra Schumacher. Es probable que Raikkonen o Trulli se sumen de manera esporádica al duelo, pero, con vistas a las quince carreras que hay por delante, en quien más me fijo es en el piloto de Ferrari tanto por sus múltiples títulos como por lo mucho que la escudería italiana ha demostrado estos últimos años".
La pole position, en realidad, dependerá de unos cuantos detalles inapreciables para el gran público. La carga de los depósitos de combustible marcará una de las diferencias: en Montmeló, salir con gasolina para dar cuatro o cinco vueltas más que los demás puede penalizar en unas 3 décimas por vuelta. Pero, al mismo tiempo, salir con el depósito demasiado vacío puede acabar arruinando la carrera. En un circuito tan aerodinámico, rodar lejos del tráfico es un beneficio notable porque adelantar resulta muy difícil. "Para mí, éste es uno de los tres o cuatro más difíciles para los adelantamientos", dice Alonso.
Lo que pueda ocurrir con Trulli o con Raikkonen en la segunda cronometrada tendrá una importancia muy relativa. La cuestión que se plantea es si sus bólidos, el Toyota y el McLaren, serán capaces de soportar toda la carrera y de mantener el ritmo diabólico que impondrá Alonso.
Pero, más que estos aspectos, lo que marcará el Gran Premio de España será el gran duelo entre Alonso y Schumacher, entre los seguidores de uno y de otro, entre quienes enarbolan banderas azules y amarillas y quienes izan las rojas. "Ya sabíamos que en la clasificación Ferrari no lograría un buen resultado", reconoce Alonso; "sus neumáticos no acaban de funcionar a una vuelta. Pero, en cambio, son muy competitivos en las tandas largas. Nunca hay que descartar a Schumacher. Sólo hay que mirar atrás y ver lo que hizo en Imola".
Allí el heptacampeón mundial salió el 13º y realizó una remontada espectacular que le llevó a concluir segundo tras amenazar durante 12 vueltas al líder de la clasificación. Alonso sigue líder. Así correrá en Montmeló.
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