Polivalencia con deportividad

El aumento de tamaño y peso que han experimentado los GTi desde que Volkswagen inventó el concepto en 1976 ha provocado que vayan perdiendo atractivo comercial frente a otras propuestas de estética más llamativa. La combinación entre una carrocería con medidas casi de utilitario, un motor 1.6 de 110 CV y un cambio manual de cinco marchas apenas pesaba 700 kilos y ofrecía unas prestaciones y un comportamiento dinámico capaces de poner en aprietos a muchos deportivos de renombre de la época. Así, lo que empezó como una operación de marketing para reforzar la imagen del Golf se acabó convirtiendo en un fenómeno social, con ventas millonarias, que todavía perdura, aunque muy atenuado.

Los GTi actuales miden más de cuatro metros, pesan en su mayoría más de 1.200 kilos y, aunque montan motores mucho más potentes, han perdido la agilidad que constituía su principal seña de identidad y ya no se disfrutan igual al volante. Además, tienen unos precios proporcionalmente muy superiores que limitan su mercado potencial, sobre todo entre los conductores más jóvenes.

GTi de todos los tamaños

Para intentar recuperar el favor del público, las marcas han ampliado la oferta, lo que a su vez ha dispersado la atención. Así, ahora conviven modelos basados en los utilitarios, como las versiones más potentes de los Ibiza, Clio, 206... Hay también otros derivados de las carrocerías tres puertas de los coches compactos, como los Golf, Mégane, León, 307..., que son los más numerosos. Y hasta auténticos purasangre que mantienen el nombre de estos coches populares, como los Clio V6, Audi S3, Alfa 147 GTA, Focus RS... Incluso las variantes con motores turbodiésel más potentes, como los Seat Ibiza y León TDi, reivindican su papel de herederos del concepto. Pero la variedad es un arma defensiva que apenas puede ocultar una crisis de ventas e identidad de la que se libran muy pocas marcas.

Seguridad y tecnología

A pesar de que el nuevo Golf GTi con su motor FSI turbo de gasolina recupera en gran parte el espíritu inicial de los GTi, el futuro no se presenta muy halagüeño para estos coches. Se generalizarán las últimas soluciones que permiten disfrutar más en la conducción, como los cambios secuenciales accionables desde el volante y los sistemas electrónicos de ayuda a la conducción con funcionamiento menos intrusivo que actúan más tarde e incluso se pueden desconectar, como los nuevos ESP. Además, seguirán llegando versiones radicales, pero más como operaciones de imagen que buscando el éxito de ventas. Pero no serán suficientes para evitar que los GTi hayan vivido ya sus mejores momentos de gloria.