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El menor acusado de matar a un joven y herir a otro en Natzaret admite los hechos ante el juez

La madre del procesado abofeteó a la madre del superviviente ante el juzgado

Una pancarta con el rostro de Carlos Estors anunciaba ayer a las puertas de la Ciudad de la Justicia de Valencia la celebración de un juicio marcado por la tensión dentro y fuera de la sala. El titular del juzgado de Menores número tres inició la vista por su muerte y las heridas graves de otro joven que le acompañaba la madrugada del 13 de octubre en Natzaret. Un menor de 16 años se enfrenta a las peticiones del fiscal y las acusaciones particulares de ocho años de internamiento por un asesinato y otros cuatro por homicidio intentado. Su abogado pidió la libre absolución.

"El asesinato de Carlos Estors no puede quedar impune". Familiares del joven, que tenía 23 años y era electricista, así como vecinos del barrio de Natzaret exhibieron la pancarta como símbolo de exigencia de responsabilidades al autor de los hechos. Aún con muleta y acompañado por su madre estuvo presente Vicente, de 19 años, que recibió cinco disparos del acusado y resultó herido grave. El autor de los hechos, un menor de 16 años, hijo de una conocida familia de Natzaret, hermano de un joven que permanece en prisión provisional por matar también de varios disparos a otro en Torrent, admitió ante el juez que en la madrugada del 13 de octubre de 2004 vació el cargador de una pistola sobre las víctimas en un jardín situado frente al número 34 de la calle de Manuel Carboneras.

Sobre cómo ocurrieron los hechos hay discrepancias. La víctima que resultó herida, los agentes de policía que intervinieron en el momento de los hechos, los especialistas de balística y de la científica trataron de arrojar luz ante las contradicciones. Y un cura describió el entorno en el que discurre la vida cotidiana por algunas calles de Natzaret, los estragos de la droga y otras miserias. Las acusaciones particulares, una por cada víctima, más la fiscal sostienen en esencia que disparó fríamente. La defensa del acusado, en cambio, sostiene que las víctimas llevaban en el coche armas varias, que su representado se sintió amenazado en el transcurso de una discusión que pudo originarse por un intento de robo y al ver que le iban a atacar disparó a la defensiva. Varias pruebas médicas quedaron ayer pendientes para ser vistas en la sala el próximo martes.

Entre tanto, el acusado continúa en libertad, situación que alcanzó el mes pasado al expirar el plazo máximo de reclusión previsto para menores procesados por delitos graves. Ello ha generado tensiones en el barrio -la familia del fallecido se ha alejado del barrio- que ayer se trasladaron a las dependencias judiciales. A menos de tres o cuatro metros se encontraban unos y otros. La madre del acusado abofeteó a la madre de la víctima que sobrevivió a los disparos delante de todos y sin la presencia de ningún efectivo de seguridad a pesar de la anticipación de los señalamientos de juicio.

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