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Reportaje:DÍAS DE OCIO

Cuando las marionetas se convierten en arte

La 19ª edición del festival internacional de títeres Titirimundi comienza hoy en Segovia y extiende su programación a Madrid

Dicen las buenas lenguas que Titirimundi es el encuentro internacional más prestigiado en lo que a espectáculos de marionetas se refiere. La verdad es que acercándose a Segovia a ver sus montajes es fácil comprobarlo y, sobre todo, es el método más eficaz de quitarse la idea de que la cultura del títere es algo que pertenece al ocio infantil y juvenil y es un género menor en el mundo del espectáculo. Los montajes elegidos por el director del festival, Julio Michel, son verdaderas exquisitices, casi todas para ver en familia. Luego las vemos programadas en festivales de gran repercusión como el de Otoño de Madrid, Avignon en Francia o Edimburgo en Inglaterra.

Segovia se convierte cada año en la ciudad de los títeres. La XIX edición de Titirimundi (www.titirimundi.com) se alojará allí del 6 y el 15 de mayo y también ocupará Madrid, del 14 al 21 de mayo. Dentro de las fiestas de San Isidro las céntricas plazas de La Paja y San Andrés serán escenarios de montajes procedentes de todo el mundo.

Hay verdaderos acontecimientos en la muestra, como la presencia de los estadounidenses Bread and Puppet, considerados dioses y transformadores del género, que estrenan en Europa El mundo en llamas, una sátira de nuestras reacciones ante una emergencia. También podrá verse su conocido montaje callejero Parábolas, un despiadado retrato político.

Otras propuestas clave son la del alemán Erfreuliches Theater Erfurt con La reina de los colores, de una originalidad inaudita y de gran belleza. La santa rodilla, espectáculo de micromímica proveniente de Perú con un lenguaje sin palabras cómico y poético, y el maravilloso Lejo de Holanda con Manos arriba, un prodigio de imaginación y sencillez.

También están los nuevos investigadores del género. Entre ellos la francesa Bárbara Mélois con La vida en rosa, en la que crea un universo mágico con un rollo de papel higiénico. La Tartana Teatro, con El niño y los sortilegios, un fantástico encuentro entre la música de Ravel y la pintura del siglo XX. O La Canela, de España, con una efectista estética japonesa. O La Chana, con su particular y bella visión del génesis bíblico.

Otros experimentadores son María Parrato, que habla a adultos y niños con inteligencia y belleza de la muerte; el escultor y escenógrafo alemán Peter Ketturkat, que da formas teatrales a enseres cotidianos; el danés Sofier Krog Teatro o El circo de las sombras de Teatro Gioco Vita.

Para los amantes de los cuentos y de la tradición de la narrativa oral, Fernan Cardama contará con objetos La vuelta al mundo en 80 días; Kamante Teatro La caja amarilla y Los Duendes sus cuentos llenos de dulzura.

Los espectáculos pertenecientes a culturas tradicionales tienen una fuerza especial y unas estéticas coloristas, teñidas de músicas milenarias. Entre ellos, la Compañía Aakaar Teatro de Marionetas, de la India y las Marionetas de Guangdong, de China.

También vienen a Titirimundi los considerados magos del género: Alex Barti, un manipulador danés y enamoradizo y musical muñeco; el delicioso y entrañable Circo de las pulgas, de Alfredo Panzani que trabaja bajo la más pequeña carpa del mundo; el etno-marionetólogo, mago, charlatán y otras fantasías Diego Stirman con su sorprendente Caja de Pandora; Huber Marionetas, de Estados Unidos, considerado uno de los grandes marionetistas del mundo y el francés Teatro Aïe, aïe, aïe.

No faltan en el festival los clásicos como Granteatrino, de Italia, tansformador de la estética de Pulchinela, que también se puede ver de manera deliciosa y más clásica con Salvatore Gatto; La Pícara Locuela, títeres populares españoles hechos por una mujer; el británico Rod Burnett con Punch y Judy; los españoles Titiriteros de Binefar o lo que se conocía por marionetas del Este con Teatro Plus de Bulgaria o el mágico Vita Marcika, de la República Checa, que retrotrae al espectador a la Edad Media.

Pero la calle es la que más se transforma en Titirimundi, acogiendo a Batchata, de Bélgica; el excelente y cómico Circ Pánic; los acróbatas de Cirqulation local; El Espejo Negro, un disparatado grupo español; La Estrella Teatro, con su divertidísimo Circo Malvarrosa; el pasacalles, con vaca incluida, del Teatro de la Toupine o los carruseles d?Andrea y Catimini.

Especialmente interesante es la exposición Fantasías Mecánicas, de Diego Damián Gilardi sobre mecanismos del mundo de las marionetas.

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