De la maroma a la sarrieta
En el siglo XIX los ayuntamientos regularon el proceso de almacenamiento y abasto de nieve a los vecinos, que incluía la obligación de tener existencias a disposición del público bajo pena de sanción. La forma jurídica de explotación de la nieve solía ser el arrendamiento. Pero el
trabajo de investigación de Juan Antonio López Cordero y Jorge González Cano también aporta otras cuestiones singulares, como un vocabulario tradicional de términos vinculados a la cultura de la nieve, muchos de ellos ya en desuso. Algunos de los más significativos son los siguientes:
Aguacebá: refresco utilizado en el verano, a partir de cebada, avellanas, cacahuetes y canela en el municipio de Cambil.
Azadón: instrumento que servía para romper el hielo depositado en los pozos.
Caja: hoyo de poca profundidad que abrían los neveros con una azada y rodeaban de piedras, donde se introducían las seras (recipientes de pleita o esparto) para compactar la nieve que habían de transportar las caballerías.
Carrucha: rueda acanalada en su circunferencia y móvil alrededor de un eje. Servía para elevar la nieve del fondo de las simas.
Garrafa: recipiente cilíndrico de metal, rodeado con una mezcla de hielo y sal en torno a una corchera utilizada como aislante. Se utilizaba para hacer sorbetes y helados. Con el giro del asa y del cilindro se conseguía la temperatura adecuada de solidificación.
Horcón: palo grueso terminado en dos puntas en el que se apoyaba la carrucha con la que extraían la nieve de la sima de Mágina.
Maroma: cuerda gruesa de esparto que, deslizada por la carrucha, servía para extraer la nieve de las simas.
Mina: nombre que aparece en el siglo XVII describiendo la cavidad en la que se almacena la nieve, en referencia concretamente a la sima de la Pandera.
Nevero: el que vendía la nieve, aunque también el que acopiaba la nieve o el lugar de donde se extraía.