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El conductor ebrio que mató a dos peatones en Cambrils no tenía carné

El suceso se produjo en un punto negro de la N-340 en Cambrils

Un conductor que triplicaba la tasa máxima de alcoholemia permitida atropelló y mató la noche del sábado a dos camioneros polacos que caminaban por el arcén en Cambrils (Tarragona). Unos centenares de metros después, el mismo conductor perdió el control de su coche, un Seat Córdoba, y volcó, aunque salió ileso del accidente.

Los Mossos d'Esquadra lo detuvieron cerca del lugar de los hechos, desorientado, y comenzaron a instruir el caso de un nuevo accidente que pone de manifiesto la peligrosidad de la carretera N-340 entre Vila-seca y Mont-roig del Camp, un tramo de unos 25 kilómetros que es el punto más negro de las vías tarraconenses.

Fuentes de la policía autonómica detallaron que el detenido, Alejandro F. G. de 38 años, nacido en Reus (Tarragona) y vecino de La Canonja, un núcleo urbano integrado en la capital tarraconense, registró una tasa de alcoholemia de 0,8 miligramos de alcohol por litro de aire aspirado, el triple de lo permitido.

A la salida de un burdel

Además, no disponía de carné de conducir, ni de seguro, ni el Seat Córdoba que conducía había superado la Inspección Técnica de Vehículos. La noche del sábado, el detenido pasó unas horas en un prostíbulo cercano a la zona del atropello, según fuentes de la instrucción.

Al salir, y ya en estado de embriaguez, subió a su vehículo en dirección a La Canonja, y al llegar a una zona interurbana donde la N-340 tiene a los lados restaurantes de carretera, gasolineras y algunas viviendas, arrolló a dos camioneros polacos, de 27 y 29 años de edad, que caminaban por el arcén de la vía, y cuya identidad no fue precisada.

Alejandro F. G. no se detuvo a auxiliar a las víctimas, siguió zigzagueando con su coche, que no fue capaz de controlar y al cabo de unos 500 metros volcó junto al arcén.

El presunto homicida pasará hoy a disposición judicial. Se prevé que se le acuse de un presunto delito contra la seguridad del tráfico, por homicidio imprudente, con resultado de dos muertes, y por conducir bajo los efectos del alcohol. El homicidio por imprudencia grave está penado con entre uno y seis años de prisión.

Un agente inspecciona el coche del atropello mortal.
Un agente inspecciona el coche del atropello mortal.EFE

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