45.000 ciudadanos solidarios
Intermón celebra la fiesta 'Un día para la esperanza', que en su 11ª edición se centra en los problemas de la agricultura mundial
La ONG Intermón Oxfam volvió a acercar ayer a la ciudadanía catalana a la realidad de los países menos desarrollados del mundo a través de juegos, conciertos, talleres, coloquios y degustación de platos y productos de comercio justo.
Durante la jornada de ayer, cerca de 45.000 personas visitaron la XI fiesta solidaria Un día para la esperanza, que en esta edición se centró en los 900 millones de agricultores que viven en Burkina Faso, un país en el que la caída del precio del algodón en el mercado internacional supone que las familias campesinas ingresen 330 euros al año, cantidad insuficiente para cubrir los gastos básicos y llevar a los hijos a la escuela. Esta situación se produce, a juicio de Intermón, porque "los países ricos cierran sus fronteras a las exportaciones de los países pobres negándoles la oportunidad de competir y obligándoles a vender más barato en otros países pobres".
Intermón aprovechó la fiesta para denunciar las actuales reglas comerciales, que comportan que "millones de agricultores no puedan escapar de la pobreza ni vivir dignamente de su trabajo, ni de sus exportaciones".
La fiesta se celebró en distintas localidades: Barcelona, Lleida, Girona, Tarragona, Terrassa, Sabadell, Mataró, Badalona, Vilanova i la Geltrú y Sant Cugat, entre otras. En el Moll de la Fusta, en Barcelona, unas 25.000 personas, según los organizadores, escucharon a los grupos musicales Macedonia -uno de los preferidos por los más pequeños- y Fundación Tony Manero, más orientada al público adulto. En la feria también se celebraron exhibiciones de danzas, lecturas de cuentos y exposiciones de artesanía, entre otras actividades.
En Lleida, la fiesta se desarrolló en la plaza del Clot de les Granotes. Jordi Sendra, portavoz de Intermón, recordó: "La agricultura es el sector productivo más importante del mundo, y tiene un gran potencial para sacar a mucha gente de la pobreza". Y fue más lejos: "Los gobiernos más poderosos del mundo ponen en práctica normativas comerciales que impiden que los países del sur puedan vender sus productos en nuestros mercados".
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