El Instituto Francés exhibe el cine de países en desarrollo

Desde 1984 Francia, a través del programa Fonds Sud (Fondo Sur), ha cofinanciado 320 largometrajes de países en vías de desarrollo, especialmente francohablantes, de África, Hispanoamérica y Asia, y lleva a cabo actividades para favorecer la distribución de las cintas por festivales o ciclos de autor. Algunos de estos largos pueden verse en el ciclo Al sur del cine que el Instituto Francés ha organizado en su sede (Marqués de la Ensenada, 10) hasta el 29 de abril y que se repetirá en mayo en la Filmoteca Española.

Todas las proyecciones son, a las 20.00, en versión subtitulada en castellano. Este lunes se verá la afgana Terre et Cendres, (2004), de Atiq Rahimini, en la que un anciano con su nieto recorre Afganistán en busca de su hijo, para decirle que el pueblo ha sido bombardeado y que el único superviviente es el niño que queda sordo.

Francia ha querido contribuir también a la expansión del cine chino de sexta generación que es recibido con éxito mundial, y el martes se proyecta una de ellas, Jour et nuit (2004), de Wang Chao. El cineasta refleja los cambios sociales y económicos en su país a través de la vida de un minero. El miércoles es el turno de la vietnamita Viet Linh, con su drama Mê Thao (2002). En Rêves de sable (2004), el próximo jueves, el iraní Sepideh Farsi radiografía el alma humana, con sus aspiraciones y frustraciones, a través de tres personas que sufren una muerte accidental.

El ciclo se cierra el viernes con Moolaadé (2004), del senegalés Ousmane Sembène, que aborda un tema muy discutido actualmente: la ablación. Este filme, premiado en el Festival de Cannes en 2001, fue estrenado a mediados de marzo en salas comerciales españolas y su protagonista, Fatoumata Coulibaby, viajó entonces a Madrid. La actriz sufrió esta tortura a los seis años y no pudo evitar que se le practicase a su propia hija. Es estrella de la televisión y la radio de Malí y la ONG Amstop se valió de su fama para iniciar una campaña de concienciación.