Los críticos califican de "chorizada" el acuerdo y anuncian alegaciones

El portavoz socialista del ayuntamiento Roberto Raga denunció ayer el "pelotazo urbanístico que ha pactado el alcalde Tarazona", alterando con ello el plan general, de 1996. "El PP quiere crear una ciudad nueva de 2.800 viviendas y 12.000 habitantes desde el oscurantismo, la falta de transparencia y de consenso político", manifestó el socialista. Éste aseguró que su grupo hubiera estado "encantado de que el Valencia viniera a Riba-roja, pero no a través de una chorizada y a cualquier precio".

El portavoz de la plataforma Salvem Porxinos, Vicente Ferrer, rechazó una vez más un proyecto que, por su magnitud, no puede resolverse con un PAI sino con una modificación del plan general. "Por mucho que negocien", dijo Ferrer en alusión al acuerdo alcanzado por el club y el alcalde con la mediación del consejero Rafael Blasco, "ese proyecto todavía tiene que pasar por los técnicos de la consejería, no Blasco". Y añadió: "Tengo la impresión de que se está jugando a vender el tema como que ya está cuando no está", precisó.

Rubén Ferrer, dirigente de Els Verds en Riba-roja, lamentó "que estas tres personas se pongan a negociar [en alusión a Soler, Tarazona y Blasco] e intenten arreglar un PAI sin atender a las alegaciones". Esta formación pedirá de inmediato una entrevista a Blasco "de la misma duración" que la que ha mantenido con Soler y Tarazona para trasladarle su oposición.

El popular Vicente Betoret, alcalde de Vilamarxant, municipio donde está el paraje natural de Les Rodanes, a escasa distancia del polémico PAI, mostró, por un lado, su "satisfacción" por las sinergias económicas que este proyecto dará al municipio, y, por otro, subrayó que velará por que el proyecto del Valencia no afecte al paraje. Betoret pedirá que se intente que las zonas verdes linden con el parque y las viviendas se integren en el entorno. Betoret pedirá además que se desmantele y se soterre la línea de alta tensión que cruza el paraje de parte a parte.