No es delito
Los señores magistrados de la audiencia nacional han dictaminado que no hay rastro de delito en las jubilaciones millonarias que en su día el señor Botín pagó a los señores Amusátegui y Corcóstegui; recordemos, 43 y 108 millones de euros respectivamente, en concepto de jubilación tras su salida del banco. No quiero ni pensar cuáles eran sus retribuciones en activo, ni la cantidad de dinero que el banco ganó gracias a sus servicios. Resulta difícil aceptar, para un ciudadano de a pie, que semejante cantidad de dinero se pueda ganar honradamente.
Simultáneamente, se publican algunos datos sobre las pensiones en España. Más de medio millón de pensionistas viven bajo el umbral de la pobreza, en muchos casos no llegan a los 300 euros mensuales.
La indemnización a dos personas equivaldría a la pensión mensual de ese medio millón de pensionistas que sobreviven llegando a duras penas a fin de mes. Pero todo es correcto, transparente, impecable y ajustado a derecho. A mí me parece escandalosamente injusto. Un sistema para el que esto es normal, por algún lado debe fallar.
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