Juan Luis Guerra anuncia la vuelta a los escenarios españoles y saca nuevo disco

Hace 15 años que este músico logró la proeza de convertir el trepidante merengue y la almibarada bachata en música para todos los públicos. Ojalá que llueva café, La bilirrubina o Burbujas de amor le llevaron a vender millones de discos. Doce años después de su último concierto en España, llega con un nuevo disco, Para ti, y se anuncia gira para julio. Hoy, Juan Luis Guerra recibirá en Madrid el Premio Latino de Honor de la Academia de la Música.

"Tenía fama, tenía dinero, tenía grammies, pero no tenía paz. Necesitaba pastillas para dormir. Comienzo a sentir la paz cuando le abro mi corazón a Jesús. Y yo era el primero que cuando me hablaban mucho de eso me espantaba", asegura.

"Una de las cosas que más me emocionan de la música es no tener un patrón"

"Soy un cantante seglar y no voy a dejar de hacer mis canciones románticas, sociales", explica. La acogida de Para ti está superando las previsiones más optimistas. "Desde La bilirrubina no teníamos un éxito como Las avispas. La canción nació del pasaje del Deuteronomio en el que el Señor envía a las avispas delante de su pueblo para ahuyentar al enemigo. Y yo me dije 'aquí hay un merengue". Juan Luis Guerra (Santo Domingo, 1957) intenta aportar elementos nuevos en cada disco. "Lo aprendí de los Beatles. Ellos nunca repetían, aunque la gente se incomodara. Es una de las cosas que más me emocionan de la música, no tener un patrón". Para su próximo disco tiene pensado introducir arreglos sinfónicos. "Ahora mismo, Beethoven y Debussy me están matando".

Juan Luis Guerra y 4.40 revolucionaron el merengue. Lo refinaron para oídos y sensibilidades poco proclives a lo latino. "Siempre digo que la tambora lo cubre todo, y por eso hay gente que no es consciente de ello, pero está la influencia de los Beatles y de los cantos surafricanos, están Manhattan Transfer y Pat Metheny". Pese a sus hallazgos líricos, no se considera un poeta: "Yo coqueteo con la poesía, pero soy un músico". Y siente que su aportación al merengue puede compararse con la de Rubén Blades a la salsa. "Sus mensajes sociales fueron una inspiración", afirma el tío político de la actual Miss Universo. "Es igualita a mí", dice riendo.

Tras aquellos conciertos multitudinarios en Las Ventas -dos noches con llenos hasta la bandera-, Juan Luis Guerra se fue haciendo invisible. La fama se convirtió en una losa. "Hay que saber manejarla. Es una gracia para ayudar al otro a sentirse bien. Me he dado cuenta de que una sonrisa, un saludo una mañana, le puede cambiar la vida a una persona".

Cuenta que muchos jóvenes artistas latinos se le acercan. Crecieron con sus canciones. Hasta Camarón grabó una de ellas: Amor de conuco. Hace más de 10 años que Juan Luis Guerra y 4.40 no actúan en España. "La primera vez la gente no sabía bailar. Y ya bailan más que nosotros". Entonces no había una presencia de dominicanos como la de ahora. "Si hay 50.000 en Madrid, seguro que van a ir al concierto 48.715", dice con una sonrisa. La semana próxima se emite en la televisión de su país un anuncio en el que ha participado con el fin de intentar poner freno a la emigración ilegal a Puerto Rico. "Tengo amigos de los supermercados a los que voy cada sábado, y varios han venido a trabajar a España con un contrato. Pero han muerto miles de dominicanos intentando cruzar el mar".

Esta noche recibirá el Premio Latino de Honor, que antes recogieron Chavela Vargas, Caetano Veloso, Fito Páez y Pablo Milanés -"miré bien los que iban delante y pensé '¿¡guau!"-, y dentro de unos días le van a entregar en Miami el premio Espíritu de la Esperanza por la labor humanitaria de la Fundación 4.40. "Se hizo para ayudar a los niños. Primero fueron campañas oftalmológicas, pero después decidimos ampliarlo a otros problemas de salud".

Juan Luis Guerra y 4.40 actuarán el 1 de julio en Las Palmas, el día 2 en Santa Cruz de Tenerife, el día 8 en Badalona, el día 9 en la playa de Denia, el día 12 en Madrid y el 14 de julio en Vigo.