Iberdrola aprueba que Sánchez Galán sustituya a Oriol en la presidencia en 2006

El Consejo de Administración de Iberdrola aprobó ayer el nombramiento de Ignacio Sánchez Galán, actual vicepresidente y consejero delegado, como nuevo presidente el próximo año. El actual presidente, Íñigo Oriol e Ibarra, que cumple 70 años este otoño, dará el relevo a Sánchez Galán tras la junta general que se celebrará en 2006, tal y como prevén los estatutos de la compañía. Oriol (presidente de Iberdrola desde 1992) es el último representante de los veteranos gestores de empresas energéticas. El nombramiento busca enviar una señal de estabilidad ante posibles cambios en el sector.

El relevo de Íñigo Oriol estaba anunciado desde hace tiempo. Su sustitución por Ignacio Sánchez Galán, que llegó a Iberdrola hace cuatro años y que en ese tiempo ha hecho añicos la pax eléctrica, tradicional en el sector, tampoco es una sorpresa. Lo que sí es novedoso es que el nombramiento de nuevo presidente se haya aprobado un año antes de que Oriol abandone el cargo.

Durante un año convivirán previsiblemente en la segunda eléctrica del país un presidente in pectore, Ignacio Sánchez Galán, y un presidente formal, Íñigo Oriol, último de los gestores veteranos del sector eléctrico.

El nombramiento de Sánchez Galán, un ejecutivo que llegó a Iberdrola en 2001 desde el sector de las telecomunicaciones (era consejero delegado de Airtel) y que imprimió a la compañía un estilo más competitivo y un tinte ecologista y verde, se interpreta en el sector como el intento de enviar una señal de estabilidad ante los posibles cambios que se auguran en el sector energético.

El nombramiento de Sánchez Galán trata de taponar todas las posibles vías de incertidumbre y de pugnas que se podrían abrir a medida que se acercara la salida del veterano Íñigo de Oriol, obligada tras alcanzar la edad de 70 años marcada en los estatutos.

Sánchez Galán, que se ha fajado con denuedo para alcanzar la presidencia de la eléctrica, se asegura con el nombramiento un importante punto de apoyo para proseguir con su estrategia de convertir a Iberdrola en la empresa más rentable del sector (apoyada en buena parte en sus magníficos activos hidráulicos), minando, de paso, las posiciones de su gran rival, Endesa, con la que ha mantenido y mantiene duros enfrentamientos públicos.

Durante el pasado año, Iberdrola aumentó su beneficio neto un 14,2%, hasta 1.210,7 millones de euros, y superó por primera vez los 10.000 millones en cifra de ventas.

Junto con el nombramiento de Sánchez Galán como próximo presidente, el Consejo de Administración de Iberdrola aprobó ayer la salida del órgano de administración por razón de edad de los consejeros Javier Aresti (BBVA) y José Luis Antoñanzas (consejero externo). Salen también del consejo José Antonio Fernández Rivero (BBVA) y José Santiago Mayner (BBK). Éstos serán sustituidos por Jesús María Cadenato (director de grandes corporaciones industriales del BBVA) y por Xavier Irala (presidente de la BBK).

Los cambios aprobados ayer reducen el número de consejeros de la eléctrica de 21 miembros a 19. El objetivo, adelantado por el propio Oriol en la junta celebrada en Bilbao, es reducir el consejo a 15 miembros.

El próximo año saldrán del órgano de dirección de la compañía el propio Íñigo Oriol (será sustituido por su hijo) e Ignacio Pinedo, ambos con 70 años.