Sigue en disputa la herencia de Cantinflas
Fue boxeador, taxista, lustrador de calzado, comediante de circo, bailarín... Mario Moreno Cantinflas, quien personificó al "pelado" mexicano de los años treinta, se hizo popular por sus pantalones a la cadera, sombrero y pañoleta al cuello o paliacate, que se enredaba en un laberinto de palabras y expresiones. Pícaro y de expresiva dulzura, se ganó con merecimiento un lugar en la historia de los espectáculos como maestro de las evasivas por hablar sin concretar ideas. Y así parece que enredó su herencia, porque su familia sigue en disputa por los derechos de 39 películas 12 años después de su fallecimiento. El hijo adoptivo de Cantinflas, Mario Arturo Ivanova, y su sobrino, Eduardo Moreno Laparade, se enfrentan actualmente en un juicio civil por los derechos de 39 películas que distribuye Columbia Pictures. El célebre cómico cedió los derechos de estas cintas un mes antes de morir a su sobrino Eduardo, quien alega como prueba de ello una cesión de derechos firmada por su tío ante notario público, que tenía efecto a partir de su muerte. Sin embargo, Ivanova, quien fue nombrado por su padre adoptivo como heredero universal, argumentó, en ese entonces, que Cantinflas no pudo tomar esa decisión por voluntad propia, pues estaba enfermo, por lo que no reconoció la cesión de derechos. Ante esta situación, Laparade presentó una demanda civil en Estados Unidos. No obstante, Mario Arturo Ivanova vendió los derechos de estas películas a Televisa, a pesar de la orden del tribunal estadounidense a cargo del asunto de no comercializar las cintas hasta que hubiese un veredicto. Cantinflas, que nació en un barrio pobre de la capital mexicana, hubo de dejar los estudios de Medicina por problemas económicos, pero tras 51 películas en su carrera, ha dejado una gran fortuna.-
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