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La SEPI exige a Austrian Energy que cumpla las condiciones de la privatización de Babcock

El presidente del grupo público acude hoy al Senado a explicar la venta, gestionada por el PP

La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) exigirá a Austrian Energy que cumpla el plan industrial pactado en la privatización de Babcock Borsig. La empresa, privatizada en falso en octubre de 2001, cuenta con una cartera de pedidos de 30 millones que no aumenta desde hace un año. Austrian Energy, que adquirió la empresa en 2004, no ha cumplido aún sus compromisos: invertir 76 millones, aportar 320.000 horas de carga de trabajo y transferir tecnología por valor de 17 millones. El comité de empresa ha pedido a la fiscalía que investigue la privatización.

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La SEPI asegura que mantiene sus compromisos y condiciona la transferencia de los 104 millones de euros, que aún quedan pendientes de la privatización, a que Austrian Energy cumpla sus compromisos. La empresa de bienes de equipo vizcaína Babcock Borsig, antigua Babcock & Wilcox, fue privatizada por el Gobierno del PP en octubre de 2001 y vive en un conflicto permanente desde entonces.

El presidente de la SEPI, Enrique Martínez Robles, comparece hoy en el Senado a petición del grupo de los nacionalistas vascos para explicar la situación actual. Un portavoz de la SEPI aseguró ayer que se "mantendrá el rigor en el cumplimiento de los compromisos de la privatización". Con este fin, la sociedad pública espera la colaboración de todos para asegurar el futuro de la compañía.

La privatización de Babcock al grupo alemán Borsig en 2000 fracasó a los ocho meses de hacerse efectiva por la entrada de este grupo en suspensión de pagos. La SEPI intermedió y buscó un nuevo comprador, Austrian Energy, en enero de 2004. El proceso de privatización y saneamiento, controlado por los gobiernos del PP, ha tenido un coste para las arcas del Estado de unos 1.275 millones de euros.

Los compromisos

Austrian Energy se comprometió hace un año largo a realizar una inversión de 76 millones de euros y a aportar 320.000 horas de carga de trabajo. Los sindicatos estiman que la matriz tiene una cartera de pedidos de más de 900 millones de euros. Además, en su el plan industrial anunciaba una transferencia tecnológica valorada en 17 millones de euros.

El objetivo de Austrian Energy era lograr una facturación de más de 150 millones de euros hasta 2008. Austrian Energy reitera en su defensa que jamás ha cerrado un centro industrial y que mantiene sus compromisos.

El comité de empresa de Babcock, por su parte, ha mantenido desde el primer día una actitud de desconfianza con los propietarios y su plan industrial, que aseguran incumple.

El último capítulo en esta relación ha sido el envío la semana pasada a la Fiscalía General del Estado de un escrito en el que se pide que se investigue todo el proceso de privatización. Dudan, entre otras cuestiones, de la solvencia del comprador, del escaso control de los fondos públicos, de la contratación de asesorías no necesarias y de la ocultación de datos a la Comisión Europea.

En medio del pulso que mantienen empresa y sindicatos, los propietarios han tensado aún más la cuerda al anunciar que antiguos miembros del comité de empresa y ex directivos se han beneficiado del expediente de regulación de empleo (ERE). Esta denuncia fue acompañada de una petición a la SEPI para que pague el sobrecoste del ERE, cerca de seis millones de euros. La empresa finalmente ha aceptado hacerse cargo del coste extra. Sin embargo, la tensión con los sindicatos ha aumentado. El comité pide la lista de beneficiados, que la empresa se niega a dar.

El ERE supuso la salida de 283 trabajadores. Con la privatización la plantilla ya había pasado de 1.200 a 650. La plantilla actual es de 350 personas. Babcock fue una empresa tractora de la Margen Izquierda del Nervión y llegó a contar con 5.600 trabajadores en 1978.

Protesta por la situación de Babcock durante la pasada campaña electoral en el País Vasco.
Protesta por la situación de Babcock durante la pasada campaña electoral en el País Vasco.GORKA LEJARCEGI

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