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Entrevista:JOSÉ ANTONIO | Director del Ballet Nacional

"La disciplina importa, pero lo crucial es la individualidad"

José Antonio afronta con una mezcla de angustia e ilusión su primer estreno por derecho en su nueva etapa al frente del Ballet Nacional, que ya dirigió entre 1986 y 1992. El viernes, en el teatro de la Zarzuela, el coreógrafo y ex bailarín presenta el primer programa íntegramente suyo, tras haber debutado en el Real con El loco, una obra de Javier Latorre. Ahora, José Antonio responde plenamente de los más mínimos movimientos de los 40 miembros del ballet: ha tenido tiempo para ensayar, y presenta dos obras suyas, Aires de Villa y Corte, una pieza para danza bolera con música de José Nieto que no llegó a montar durante su anterior estancia en la compañía, y La leyenda, ambiciosa coreografía flamenca que estrenó en 2002 con la Compañía Andaluza de Danza y para la que ha fichado a los tres bailaores-bailarines que la hicieron triunfar: Úrsula López, Elena Algado y Miguel Ángel Corbacho.

"El flamenco es gesto, sentimiento, conocimiento, y hay que estudiarlo mucho"
"Lo importante es que los artistas no sean clónicos y que todo tenga calidad"

Pregunta. En El loco se vio que el Ballet Nacional no andaba sobrado de flamencura.

Respuesta. Sí, estaba cortito, pero es normal; quizá la manera en que habían trabajado no era la mejor. A todos les encanta el flamenco, todos se dan su patadita por bulerías, pero el flamenco no es sólo eso. El flamenco es gesto, sentimiento, conocimiento, y hay que estudiarlo mucho y prepararse muy bien... Estamos tratando de mejorar eso con muchas clases, y la verdad es que todos han respondido espléndidamente, poco a poco van sintiendo de otra manera... Tienen una ilusión enorme, vamos con 10 músicos en directo...

P. Flamenco y escuela bolera para empezar... ¿El objetivo es tener una compañía sólida en todo lo español?

R. Este ballet tiene que tener un abanico amplio de registros. Últimamente se ha hecho muy poco de escuela bolera y creí que era el momento oportuno. No hay una línea determinada, salvo tener un buen nivel en todo lo que hagamos: El loco, Fuenteovejuna... Se supone que el bailarín español debe tener buena formación en todos los estilos, y aunque haya casos que no es así, ése es el objetivo: que todos los bailarines hagan de todo, que no hagan sólo de sí mismos, que se enriquezcan, que tengan identidad propia...

P. ¿Disciplina más talento?

R. La disciplina es fundamental, eso ni se discute, porque somos profesionales en dedicación exclusiva, pero lo crucial es que se vean las individualidades, las personalidades, que los artistas no sean clónicos, que todo tenga calidad y rigor... Tenemos las condiciones para desarrollarnos y sería imperdonable no hacerlo. En el escenario se tienen que ver 40 artistas, no 40 sombras. Tiene que haber bailarines finos y menos finos, bajitos y altos, guapos y feos... Sólo importa una cosa: cómo trabajas y qué tienes que contar. Ésa es la forma de que nadie se sienta marginado.

P. ¿Los fichajes de López, Algado y Corbacho han caído bien?

R. Son importantes como referencia del trabajo que hemos hecho antes. Traen no sólo un gran nivel profesional, sino una estupenda formación humana. Son compañeros espléndidos, gente muy sana. En el colectivo hay una relación muy buena.

P. ¿Piensa utilizar la fórmula de la estrella invitada?

R. Habrá oportunidades de traer a figuras consagradas, pero primero hay que fortalecer el núcleo y estabilizar la compañía. Traer a alguien brillante sin que haya nada detrás no sirve.

P. ¿Está satisfecho del nivel general?

R. A muchos los conocía de antes y sé que hay talento. Ahora son un colectivo al que hay que dar armonía, y por eso el trabajo debe ir por otro sitio, tenemos que ir a mejor en todos los aspectos. ¡Y sobre todo no podemos pegar petardazos!

P. ¿Ha mejorado la situación administrativa o existe todavía aquel espíritu funcionarial del que se hablaba en otras épocas?

R. En eso estamos mucho mejor. Quedan algunas personas con ese prurito funcionarial, pero ya se sabe que el sitio ideal no existe. Hay otro convenio y ahora todos son bailarines contratados, no fijos, lo cual es razonable en el arte.

Y saben que si no justifican su posición vendrán otros en su lugar.

P. Como usted...

R. Claro, yo no puedo exigir si no doy. Y doy todo lo que puedo. Para poder sacar partido a la gente tienes que estar implicado del todo, evolucionar tú mismo, y en estos 12 años de ausencia yo también he crecido, he cambiado, he aprendido. Sé que si no caminamos juntos, por mucho que yo tire del carro no llegaremos.

P. La leyenda es su recreación de Carmen Amaya. ¿Ha cambiado algo la nueva versión?

R. He puesto dos mujeres más en el cuerpo de baile, pero el resto es igual. Es una obra muy pensada, que maduré durante mucho tiempo y que me dio mucho miedo estrenar: temía no estar a su altura. Es una alegoría que trata de enseñar a Carmen a la generación que no la conoció. El día que murió, mi madre lloró. Yo trato de recordar su grandeza, su humanidad, su fuerza para destacar en un mundo de hombres, su capacidad para convertir ese 1,50 de estatura en una explosión atómica... Es un mensaje más ético que estético...

José Antonio, durante un ensayo de <i>Aires de Villa y Corte, </i>en el Ballet Nacional.
José Antonio, durante un ensayo de Aires de Villa y Corte, en el Ballet Nacional.RICARDO GUTIÉRREZ
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