_
_
_
_
Crónica:FÚTBOL | 32ª jornada de Liga
Crónica
Texto informativo con interpretación

Osasuna vuelve a frenar en seco al Sevilla

Una de las cosas que más humanizan al fútbol -aparte del números de veces que se alcanza el éxtasis por sesión- frente a la lógica que rige en otros deportes es la obsesión. Cuando un enfrentamiento está marcado por el temor mutuo o particular, cualquier final tiene las mismas probabilidades de suceder. Ayer el Sevilla jugaba en casa y competía para acomodarse en el tercer puesto, mientras que Osasuna buscaba alejarse de la misma posición, pero empezando a contar por el culo de la sartén. El equipo navarro pareció desmembrar a los sevillistas con sólo saltar al campo. Todo el estadio recordaba el daño que hizo la eliminación copera en Pamplona. El Sevilla no encontró su sitio en la primera mitad, pero algo tuvo que ver el juego, no sólo el tembleque.

SEVILLA 0 - OSASUNA 1

Sevilla: Esteban; Sergio Ramos, Aitor Ocio, Pablo Alfaro, David; Jordi (Carlitos, m. 46), Martí; Jesús Navas, Baptista, Adriano; y Makukula (Darío Silva, m. 76).

Osasuna: Elía; Izquierdo, Cruchaga (Cuéllar, m. 15), Josetxo, Clavero; Valdo (Moha, m. 57), Muloiz, Pablo García, Delporte; Morales (Milosevic, m. 68) y Webó.

Goles: 0-1. M. 25. Morales.

Árbitro: Daudén Ibáñez. Amonestó a Makukula, Aitor Ocio, Izquierdo, Muñoz, Josetxo, Cuéllar, Pablo García, Webó, Pablo Alfaro y Moha.

Unos 35.000 espectadores en el Sánchez Pizjuán.

Osasuna junto sus líneas. Ni mucho, ni poco; lo justo y necesario para aprovechar los espacios oceánicos que deja el esquema posicional de Joaquín Caparrós. Sin necesidad de presionar demasiado, los osasunistas asfixiaron el manejo del balón de los sevillistas, a los que tan sólo se les ocurría que los centrales pegaran pelotazos hacia el área contraria o intentar alargar los saques de esquina, algo hasta antifutbolístico.

Con el balón por abajo, el Sevilla no es nadie en esta fase de la temporada. Ni Martí, ni Jordi supieron ayer desdoblarse en sus funciones defensivas y ofensivas. Quizás sean demasiadas, pero es que tampoco les ayudan demasiado las bandas. Y Baptista sigue teniendo que hacerlo todo. Ayer, además, entró al trapo que le puso en los ojos Pablo García y le dedicó casi tantas energías físicas y mentales al pique con el uruguayo como al juego.

Precisamente, Pablo García recuperó un balón en parte del campo, centró a Delporte que salió como un tiro para centrar a Webó que remató, a gusto, tras un fallo de Alfaro. No le pesó a Osasuna ni que Valdo se borrara. Las internadas de Delporte, la buena colocación y la veteranía para desquiciar al contrario bastaron.

El Sevilla remató a puerta por primera vez en el minuto 55. Otras tres veces más lo hizo Baptista y una más Navas; y quizá alguna mereció ser gol. Pero el Sevilla no se mereció empatar frente a un conjunto que lo hizo casi todo bien, con modestia, que no se puso nervioso nunca (Pablo García contribuye a eso con su mezcla de contundencia y sabiduría), que disfruta mucho siendo el coco para los sevillistas.

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo

¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?

Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.

¿Por qué estás viendo esto?

Flecha

Tu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.

Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.

En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.

Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_