Para asfalto y campo
Aunque el Pathfinder tiene el aspecto vanguardista y voluminoso de los todoterrenos norteamericanos de asfalto, en la práctica es un 4×4 clásico con reductora que busca la versatilidad y cumple igual de bien en carretera y en el campo. Se abre y arranca con una llave electrónica sin tener que sacarla del bolsillo y sólo desentonan los asientos: son duros y sujetan poco.
Un motor silencioso y austero
El nuevo 4×4 de Nissan monta un motor 2.5 dCi turbodiésel de cuatro cilindros y 174 CV con los últimos avances: raíl común de segunda generación, 16 válvulas, turbo variable... Trae de serie un cambio manual de seis marchas, aunque se ofrece como opción un secuencial de cinco (2.300 euros).
El conjunto responde con suficiente elasticidad y muestra un tacto suave y agradable en ciudad. Ofrece también unas prestaciones correctas para viajar en trazados amplios y autopista, en parte por el buen escalonamiento del cambio, que permite mantener bien los ritmos de crucero sin quedarse mucho en las subidas. Sólo le falta algo de brío al acelerar, sobre todo en los adelantamientos, lo que limita el dinamismo en carreteras lentas o con mucho tráfico.
Por lo demás, se defiende bien en todas partes y no acusa carencias importantes. Además está bien aislado, no transmite vibraciones ni ruidos de rodadura y tiene unos consumos ajustados para su peso y cilindrada: alrededor de 10 litros en conducción tranquila y en torno a 13 en ciudad, campo o cuando se estiran las marchas.
Tracción 4×4 electrónica
El sistema electrónico de tracción 4×4 es muy moderno, se regula con una rueda giratoria situada en el salpicadero e incluye cuatro programas: propulsión trasera (para asfalto), tracción 4×4 inteligente (carretera, lluvia o caminos de tierra), tracción 4×4 con diferencial central bloqueado (pisos deslizantes) y reductora (zonas difíciles en el campo). Todo esto, unido a un equipo de seguridad con ESP de serie, aporta una gran versatilidad para circular con garantías en cualquier piso y da mucha confianza al conductor.
El comportamiento dinámico en carretera es bastante bueno, con una dirección precisa para trazar las curvas con exactitud, un balanceo lateral comedido y unos frenos correctos. Es más ágil de lo que aparenta por su aspecto, y responde con aplomo y estabilidad también en trazados amplios y rápidos. Se echan de menos unas suspensiones menos secas en asfalto y una mayor sensación de solidez: rebota un poco en los baches y vibran las puertas.
En conducción todoterreno sorprende su facilidad para superar pendientes fuertes y filtra con suavidad las irregularidades. Aunque no es un 4×4 para afrontar trialeras o zonas complicadas, tiene recursos suficientes para defenderse bien en casi todas partes siempre que no se superen ciertos límites, y responde mejor que cualquier todoterreno de asfalto.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.