La respiración de Omar Faruk
El nuevo disco se titula Tree of Patience. "Mi árbol de la paciencia representa a las personas y las ideas que me han marcado. Gracias a eso, y a los conocimientos adquiridos con los años, mi música todavía está creciendo".
Omar Faruk Tekbilek nació en 1951 en Adana, Turquía, no muy lejos de la frontera con Siria, hijo de egipcia y turco. Con ocho años ya mostraba un dominio importante del kaval, una pequeña flauta diatónica. Su hermano mayor, Hadji, y un tío, dueño de una tienda de música, se encargaron de estimular su pasión por la música. En aquella tienda, el pequeño Faruk aprendió los intrincados ritmos turcos y a tocar el ney (flauta de bambú), la zurna (especie de oboe) o el baglama (un laúd de mástil largo).
A punto de cumplir los 16, se trasladó con su hermano a Estambul y se convirtió en un músico de estudio muy valorado. Desde 1976 vive en Rochester, Estados Unidos -cinco años antes, en una gira como miembro de un grupo tradicional, había conocido allí a la que iba a ser su mujer-. Las ocasiones de trabajo para un músico turco eran más bien escasas, así que tuvo que emplearse en una fábrica de ropa. Al final fueron 17 años en Hickey-Freeman.
El productor de Tree of Patience es su amigo Brian Keane. Lo conoció en 1988 en un club de Nueva York, el Fazil's International. "Tocaban músicos turcos y de Oriente Próximo y algunas noches había espectáculos de danza del vientre. El Museo de Arte Metropolitano le había encargado a Brian escribir la música para una película sobre Solimán el Magnífico. Y acudió al club en busca de músicos para ese proyecto", explica. "El encuentro con Brian fue un punto de inflexión en mi vida porque me proporcionó la oportunidad de usar toda mi destreza como músico. Además, su técnica de orquestar estableció las bases de mi estilo musical".
"En mi música, un occidental oirá, obviamente, Oriente Próximo. También la influencia del flamenco, del bluegrass, posiblemente del jazz o la música clásica. Y, desde luego, la huella del sufismo". Música del Mediterráneo. "Creo que la gente de esa región del mundo comparte el hecho de vivir el día a día", dice Omar Faruk, que ha colaborado con músicos como el trompetista Don Cherry, el batería Ginger Baker, los percusionistas Glen Velez y Trilok Gurtu, el productor Bill Laswell...
"Nos gustaba la idea de invitar a un cantante de flamenco en una determinada canción del disco. Y, naturalmente, el nombre de Enrique Morente fue el primero que se nos ocurrió", cuenta. Del primer contacto y de las labores logísticas se encargó Coro Acarreta, del sello Resistencia. "Cuando estuvo todo listo vinimos a Madrid para grabar con él. Fue muy amable y dulce con nosotros. Me siento realmente honrado con su presencia en el compacto".
No es nueva esta aproximación de Omar Faruk al flamenco. Ya en su disco Alif había contado con el guitarrista José Antonio Rodríguez. "Siempre me ha entusiasmado el sonido de la guitarra flamenca y del cante. Me gustan esa energía y esa pasión que encajan muy bien en mi música".
Cuando vivía en Estambul descubrió grabaciones de Paco de Lucía en los puestos del Gran Bazar. "Es uno de mis héroes. Sin duda, uno de los guitarristas más potentes y conmovedores. Me ha inspirado desde que yo era niño, ¡Dios le bendiga!". En la ciudad del Bósforo también conoció a los derviches de la antigua orden turca Mevlevi. Su mezcla de poesía, música y baile aún le tienen fascinado.
"El 11-S no ha tenido reper-
cusiones negativas en mi trabajo. Que mi música apele a lo espiritual me a
yuda a derribar las fronteras nacionales entre los seres humanos", afirma. "Es posible incluso que el 11-S haya generado interés por la cultura de Oriente Próximo. Hoy hay muchas posibilidades de oír música con sabor árabe o turco en Estados Unidos que antes".
Omar Faruk Tekbilek llegó a cursar estudios religiosos con el propósito de ser imán. "El sufismo nos recuerda el amor infinito e incondicional de Dios hacia todos los seres. Necesitamos recordarlo cuando nos topamos con dificultades. La espiritualidad suaviza nuestros corazones y nos da valor para enfrentarnos a ellas".
"Considero que la música es la forma más elevada y sencilla de meditación", dice. Practica el yoga y el tai-chi. "Somos respiración, nada más. Nuestra fuente de vida es la respiración. Y lo que nos da la fuerza es comprender que la respiración es la verdad, el conocimiento de uno mismo. Ése es el auténtico poder".
Omar Faruk inicia el próximo sábado una gira por seis ciudades españolas y volverá este verano al Festival La Mar de Músicas, donde actuará el 20 de julio junto con la Orquesta Sinfónica de la Región de Murcia.
Omar Faruk Tekbilek actúa el 23 de abril en Vigo (teatro Caixanova); el día 24, en Logroño (teatro Bretón); el 27, en Barcelona (Sala La Paloma); el 28, en Madrid (Sala Arena); el 29, en Benicàssim, Castellón (Teatre), y el día 30, en Barañáin, Navarra (Auditorio).
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