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Un caudal de agua cayó en el túnel del Carmel antes del hundimiento

Varios expertos cuestionan el proyecto y los estudios geológicos previos a las obras

En el túnel del Carmel, poco antes del hundimiento, se abrió una potente vía de agua de origen desconocido. Así lo explicaron ayer los trabajadores a los diputados que visitaron la obra. Lo notable es que no ha sido mencionada hasta ahora por ninguno de los más de 20 comparecientes y que los expertos consultados por el Gobierno catalán para decidir la solución tampoco tenían noticia de este hecho que, sin embargo, fue asumido por todos.

Ayer comparecieron en la comisión que investiga los hechos del Carmel tres expertos: Eduardo Alonso, de la Universidad Politécnica; José Manuel Serrano, de la Asociación Española de Túneles, y Pere Santanach, de la Facultad de Geología de la Universidad de Barcelona. Abundaron en aspectos conocidos: los estudios geológicos eran deplorables, no describían el terreno encontrado ni por aproximación. En esto coincidieron los tres, aunque luego discreparan en asuntos menores. Por ejemplo, Santanach, geólogo, defendió la conveniencia de más sondeos. Alonso, ingeniero de caminos, sostuvo "exagerando" que el método alemán haría incluso innecesarios los estudios geológicos.

Serrano, en cambio, prefirió buscar la sorpresa por otra vía: en su opinión, no se puede decir que en el Carmel se utilizara el método austriaco, sino sólo un sucedáneo del mismo.

Serrano y Alonso coincidieron en rechazar la excavación que se hizo el 25 de enero como la causa directa del hundimiento. Pudo ayudar, pero nunca ser determinante, sostuvieron, contra la insistencia de Josep Rull (CiU) en la tesis de que el error humano produjo el accidente.

Eduardo Alonso fue más allá y aseguró que aunque se hubiera producido una actuación equivocada, el túnel habría aguantado un tiempo. "El túnel no se cayó por tener la solera por hacer", dijo. El problema era, dijo Alonso, la calidad del terreno. "Si la calidad de la roca hubiera sido la prevista, el túnel habría resistido". Asimismo sostuvo que las imágenes obtenidas y las explicaciones que se le dieron en su momento señalan que la destroza (excavación para retirar la tierra antes de construir la solera de cemento que forma la base) no estaba concluida porque se había dejado una capa amplia, en torno a un metro de tierra, para que pasaran sin problema los camiones que entraban y salían.

Esto arruinaba la tesis defendida por Xavier Borràs y abrazada de inmediato por CiU, según la cual ya estaba todo excavado y alguien quitó más tierra, por error y sin permiso de la dirección de obra, con lo que se descalzaron las paredes y se provocó el colapso.

Serrano, a preguntas de Joan Ramon Clascà, sostuvo que las imágenes de que se dispone, aportadas por el ingeniero Benjamín Celada, de la empresa Geocontrol, no señalan que se hubiera hecho el avance a sección completa y que, si las imágenes no estaban manipuladas, indicaban que quedaba entre 1 y 1,5 metros por retirar.

Respondiendo al diputado Oriol Amorós, de ERC, Serrano añadió: "Cuando se produce un accidente no acostumbra a ser por una sola causa. investiguen ustedes por otros lados porque seguramente hay más de una y más de dos concausas". Quiso conocer Amorós las posibles vías de investigación y Serrano dijo: "El proyecto y cómo se ejecutó la obra".

Santanach se refirió también a la existencia de una hipotética falla en el terreno, asociada al hundimiento. A lo largo de las jornadas, este accidente ha sido denominado como "falla", como "diaclasa" y finalmente como "liso". El decano de Geología de la UB fue más que terminante: "No sé qué es un liso",

En su opinión, la existencia de una falla hace que el terreno pueda cambiar de un punto a otro, por lo cual no hubiera estado de más hacer algún sondeo específico en la zona donde finalmente se construyó la cola de maniobras, que inicialmente estaba prevista en Horta.

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