La Hispalense investiga sobre las mediciones del color y sus aplicaciones

¿Qué es un espectro radiómetro? ¿Se puede medir el color? ¿Para que sirve estudiar los colores? El profesor del área de Nutrición y Bromatología de la Universidad de Sevilla, Francisco José Heredia, explicaba la semana pasada a los 15 alumnos del curso El color: fundamentos y aplicaciones la ciencia del color que en los últimos años, según Heredia, ha avanzado de forma significativa.

Les ha enseñado a medir con el espectro radiómetro -un aparato que funciona como un ojo humano y cuyo cerebro es el ordenador al que está conectado- los diferentes colores de alimentos, bebidas o sintéticos. Tras medir una copa de vino tinto, por ejemplo, el ordenador descifraba los números que aparecían y marcaba en la pantalla las coordenadas del color. Algo fundamental para la industria alimentaria que con este método tienen la seguridad de que todos sus productos tendrán idéntica apariencia.

"El ojo humano se cansa y la máquina no. Con este aparato medimos en vivo el color de vino, por ejemplo, procesamos todos los datos que la máquina refleja y después de realizar unos cálculos podemos obtener las coordenadas de ese color", explica Heredia. La ciencia del color sirve, según Heredia, a las grandes industrias de alimentos que son las que más reclaman estudios de color. "El consumidor de un zumo de naranja es fiel a una marca determinada si se le ofrece el mismo color naranja cada día. Si un día cambia, puede pensar que las naranjas eran de otra zona. Pero si vuelves a cambiar de color la mente desconfía y el consumidor rechaza un producto que sabe igual pero que no se ve igual por un exceso de colorante por ejemplo. Con la máquina se evitan los cambios de apariencia, algo fundamental porque hay una estrecha relación entre el color y la calidad de los alimentos", dice el profesor y añade que otro aparato, videocolorímetro, digitaliza las imágenes.

La ciencia del color se utiliza también en las "catas visuales de los vinos". "La memoria no es fiable, si tú quieres saber si un vino ha evolucionado tendrás que recordar el color exacto, algo que no es posible. En cambio los números se quedan y te permiten comparar", afirma Heredia. Para los enólogos, los aparatos son fundamentales para saber cuando tienen que retirar el vino de los hollejos y que no se estropee. "La producción del tinto se basa en la extracción del color, el vino gana color cuando entra en contacto con los hollejos, pero puede estropearse si esta mucho tiempo".

Otra de las características de esta ciencia es que permite predecir los colores y relacionarlos con la composición química de los productos. Para esto último ha venido a Sevilla el investigador de la Universidad Nacional de Colombia, Nelson Hurtado. "Trabajamos investigando los frutos tropicales, su composición química, y en este curso me interesa aprender a medir el color para después relacionar el color de los frutos tropicales con su composición química", dice Hurtado.

El curso, que imparte anualmente la Universidad de Sevilla, no sólo está dirigido a especialistas de la alimentación, también a arquitectos, restauradores o licenciados en Bellas Artes que trabajan con color.