Aguirre decidió negarse a prolongar el metro a Barajas tras la derrota de Rajoy

Esperanza Aguirre, presidenta de la Comunidad de Madrid, estaba decidida a prolongar la línea 8 de metro unos 2,2 kilómetros para llevarla hasta la nueva terminal (T4) del aeropuerto de Barajas, pero el cambio de Gobierno hace un año, con la llegada de José Luis Rodríguez Zapatero y la derrota de Mariano Rajoy, varió sus planes.

Cuando Francisco Álvarez-Cascos (PP) era aún ministro de Fomento, Aguirre incluyó una partida de 10,5 millones en los Presupuestos regionales de 2004 para acometer la obra. En cambio, ahora, con la socialista Magdalena Álvarez al frente de ese ministerio, la presidenta se niega incluso a acudir a las reuniones de trabajo, ya que, según Fomento, no está de acuerdo con que en ellas participe su compañero del PP y alcalde de Madrid, Alberto Ruiz-Gallardón.

Los 23 millones de viajeros que pasarán cada año por la nueva terminal de Barajas comenzarán a usarla previsiblemente a principios de 2006. Esa infraestructura aeroportuaria, que ha costado 6.000 millones, duplica la capacidad actual del aeropuerto, pero carecerá de conexión con el resto de terminales y con la red de metro. Así las cosas, Fomento está proyectando, como alternativa, una conexión a través de un tren de cercanías.

"Si no hay metro en la nueva terminal, no será por culpa nuestra", declara el secretario de Estado de Infraestructuras, Víctor Morlán, en una entrevista concedida a este diario en la que acusa a Aguirre de buscar una "confrontación rabiosa" con Fomento. Morlán recuerda que son las comunidades autónomas las que poseen las competencias de metro y, por tanto, las que tienen obligación de construirlo.

La consejera de Transportes, María Dolores de Cospedal, respaldó el pasado febrero, durante la presentación del dossier olímpico ante el COI, la importancia de conectar el aeropuerto con las instalaciones olímpicas por transporte público.