Remate final de privatizaciones

Prácticamente es el empujón final. La Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) va a acometer este año una nueva oleada de privatizaciones que dejará el sector público más pequeño, pero con la que piensa ingresar 1.332 millones de euros, aproximadamente. Después de un intenso proceso de ventas iniciado en 1984 e intensificado a partir de 1996 por el primer gobierno del PP, que afectó a 125 empresas por un importe superior a 42.000 millones de euros, a la SEPI le quedan restos de participaciones financieras y una presencia en sectores diversos y atípicos que van desde la explotación de uranio hasta la propiedad del hipódromo de la Zarzuela de Madrid.

La privatización se ceñirá, fundamentalmente, a las acciones que la SEPI aún conserva de empresas cotizadas que ya fueron privatizadas. Son participaciones residuales en poder del grupo público porque los colocadores no ejercieron en su día la opción de compra, denominada green shoe. Entre estas participaciones están las de Iberia, donde la SEPI tiene un 5,28% del capital; Aldeasa (5,06%); Endesa (2,95%), y Altadis (2,08%). La SEPI venderá todas ellas y reducirá del 28,5% al 10% su participación en Red Eléctrica.

Salvo en el último caso, la venta se producirá en función del momento bursátil, sin que exista un calendario predeterminado, y se tratará de ventas institucionales que, según los analistas, no ofrecerán ninguna dificultad de colocación.

En estos momentos en la SEPI quedan 22 sociedades, dos fundaciones y el grupo RTVE. Al margen de sus participaciones en Bolsa tiene también participaciones minoritarias, entre otras sociedades en Aresbank (7,4%), Hispasat (8,2%) y una participación indirecta del 10% en Ebro Puleva. Además de la privatización, en la agenda tiene también que tomar decisiones en los astilleros civiles.