Piqué compara el Gobierno con un "patio de colegio sin 'profes' ni director"

Josep Piqué puso la estaca -y el ingenio- y Artur Mas la remachó. Los dos dirigentes de la oposición parlamentaria insistieron ayer en el Parlament en lanzar a Pasqual Maragall las consabidas acusaciones de falta de liderazgo y descontrol gubernamental. Pero tanto el popular como el convergente lo hicieron a raíz de los acontecimientos de los últimos días: la batalla interna entre Esquerra e Iniciativa para pactar con el consejero de Economía el nuevo sistema de financiación, la frustrada reestructuración del Gobierno y la creación de un comité de dirección en el seno del Ejecutivo. "Ponga orden en este patio de colegio", rogó Piqué a Maragall.

La semana ha sido abundante en informaciones relacionadas con el Gobierno. Pasqual Maragall anunció su candidatura a la reelección en los comicios de 2007 -unos días antes lo había puesto en duda-; dos socios del tripartito, Esquerra e Iniciativa, pugnaban por reunirse con el consejero de Economía para consensuar la propuesta de financiación; se desvelaban una pretendida reestructuración del Ejecutivo y la creación de un comité de dirección o núcleo duro en el seno del Gobierno. Y ayer, en la sesión de preguntas parlamentarias al presidente, Convergència i Unió y el Partido Popular no dudaron en sacarle provecho político a tanto movimiento de fichas.

Arrancó Josep Piqué con una pequeña trifulca con Maragall, al negarse el primero a formular oralmente su pregunta aduciendo que el presidente ya disponía de ella por escrito. Tuvo que ser el presidente del Parlament, el republicano Ernest Benach, quien la formulara. Maragall respondió a "la no pregunta": negó la existencia de este comité de dirección y lo ciñó a las "habituales reuniones" con sus consejeros, propias, dijo, de un Gobierno de coalición.

El líder del PP catalán dibujó otro panorama: el de la "permanente descoordinación", la "falta de criterios en los temas claves" y los "constantes espectáculos lamentables de un Gobierno que no gobierna". "Este Gobierno es como un patio de colegio en el que falta el profesor que lo tiene que vigilar y en el que tampoco hay director. Le pido que ponga orden en este patio", reclamó Piqué. De paso, también le exigió que los ceses de dos altos cargos de Política Territorial por el caso del Carmel no se queden en simple anuncio y los materialice.

"El diputado [Piqué] nos tiene acostumbrados a cosas realmentea sorprendentes, pero como la del otro día, ninguna: presentar una moción de censura y retirarla antes de terminar la sesión". La ocurrente respuesta de Maragall fue acogida con aplausos en la bancada socialista.

Artur Mas se apuntó al embate. "¿Cómo quieren que destaque la obra de gobierno si es un caos y un vodevil permanente? Así no destacará jamás". El presidente de la Generalitat hurgó en el liderazgo interno de Mas en Convergència i Unió y le espetó: "Lo que no va y me temo que no irá es su rol de líder de la oposición. Esto no va porque usted ha descarrilado". Y como ya es habitual en Maragall, también le pidió a Mas, como antes a Piqué, que en posteriores ocasiones concretara su pregunta.

Ya en el turno de Esquerra, su portavoz, Joan Ridao, advirtió a Maragall de que su partido no alargará de "forma agónica" la legislatura catalana si fracasan los dos grandes objetivos que son la reforma del Estatuto y el nuevo sistema de financiación. De ahí, añadió Ridao, que lo más plausible sería la anticipación de las autonómicas. "No caiga en la tentación de actuar por cálculos egoístas y partidistas", avisó al presidente. Éste, por su parte, rechazó poner "fecha de caducidad" a su mandato en función de estos dos grandes asuntos y se mostró convencido de que, si hay consenso en el Parlament, "España no podrá decir que no".