Anarquía de la sana
El grupo jerezano Los Delin-qüentes ofreció un soberbio concierto para presentar en Madrid las nuevas canciones de El verde rebelde vuelve, primer álbum tras la desaparición de Miguel Benítez, Migue, su fundador y cantante. El Canijo y El Ratón llevan ahora las riendas de manera más que solvente. Ese sonido garrapatero del que han hecho imagen de marca permanece intacto, y el brío y el frenesí siguen campando a sus anchas.
Con sus dos guitarras de palo, El Canijo y El Ratón se entrecruzan a velocidad de vértigo sus rasgueos y sus estrofas, dando una sana sensación de descoyunte y anarquía. Un sonido desbocado que sale de aporrear las guitarras con más fiereza que muchos legendarios rockeros. Aquello que en la rumba se llamó ventilador, al referirse al efecto constante del soniquete sobre las cuerdas, se transforma en un verdadero huracán. La rumba para ellos es sólo un pretexto. Como el rock. Lo que les gusta es eso, desbocarse.
Los Delinqüentes
Marcos El Canijo y Diego El Ratón (voces y guitarras). La Banda del Ratón: Pimentel (guitarra), Dani Quiñones (bajo y coros), Api (batería), Teto (percusión y coros), Faé Ramos (percusión), Alejandro Fernández, Marcelino y David de Santos (palmas, coros, jaleos y voces). Sala Arena. Madrid, 5 de abril.
Todo ese descoyunte se acabó cuando Kiko Veneno salió al escenario, a pesar de que El Canijo había repetido al presentar a Bebe, Diego Carrasco y Tomasito que el maestro no vendría. Se produjo entonces eso que llaman duende, o magia, pellizco o lo que sea. Nada resultó tan revelador como ver a un Kiko Veneno entregado a la anarquía aporreando una batería mientras Los Delinqüentes despedían su noche de gloria.
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