Infatigable Villarreal

En los últimos años, el Villarreal se ha acostumbrado a quedarse casi sin vacaciones. A acumular más partidos que nadie. Y a llegar, sin embargo, fresco al final del curso. ¿Motivos? Hay muchos, pero la ilusión manda en este club que representa a una población de 43.000 habitantes y que comienza a asimilar su grandeza. La UEFA la tiene entre ceja y ceja y, para alcanzar las semifinales como el curso pasado, debe deshacerse primero del AZ Alkmaar (Taquilla, 20.45), el cuadro de moda en Holanda, segundo en la Liga, a 10 puntos del PSV. El equipo que, según Ronald Koeman, "se puede comparar al Betis en España". Practica un 3-4-3 y ha llenado las convocatorias del seleccionador holandés, Marco Van Basten: los defensas Mathijsen, Kromkamp y De Cler, el portero Timmer, el medio Landzaat y el delantero Meerdink.

Para empezar, el Villarreal parece infatigable porque el balón es el rey de los entrenamientos. Acompaña a los jugadores a todas partes. Para trabajar la fuerza, la velocidad y la resistencia. Es la filosofía del club. Un futbolista no es considerado rápido por el hecho de serlo, sino por su aplicación al juego: un desmarque, un regate, una recuperación de la pelota. "Mucho partidillo, fútbol-tenis, tiros a puerta, ejercicios que nos gustan a los jugadores", resume el centrocampista Josico. Una forma de prepararse que se transmite a la cancha. Un estilo. Lo explica Arruabarrena, capitán y lateral izquierdo: "Tenemos el balón y, por momentos, jugamos lentos la pelota. No tenemos desgaste. Senna y Riquelme saben marcar el ritmo que nos conviene".

El ritmo viene marcado desde junio, cuando empezó a disputar la Intertoto, sumando en los dos últimos años más encuentros (108) que el Madrid (101), el Valencia (96) o el Barça (83). De ahí que el preparador físico, José Cabello, dé prioridad a la regeneración. Entrenamientos de baja intensidad, masajes, fisioterapia y una alimentación adecuada. En eso coinciden los jugadores consultados. "A la mínima molestia, nos dicen que es mejor ni entrenarse", advierte Josico, uno de los motores del grupo, el encargado de correr más que los demás. "Algunos debemos movernos más que otros, pero todos sabemos nuestro papel", añade. "El secreto", abunda el portero Pepe Reina, "está en recuperar bien, en apenas entrenar, y en que trabajas sin darte cuenta, con muchos lanzamientos de faltas, penaltis, todo muy distendido, mucho mejor que si estás puteado". También por supuesto, agrega Reina, "la ilusión de seguir ganando". No es que le falte ilusión al joven medio Cazorla, que lleva cuatro goles en la UEFA y se ha consagrado en la élite. Él, que viene del Oviedo juvenil, se confiesa "sorprendidísimo" por las características de los entrenamientos. "Aquí no se corre por correr ni en la pretemporada. Si empiezas a dar vueltas al campo, te agobias".

Ni agobio ni rutina en las pretemporadas del Villarreal, que, debido al tiempo que le roba la Intertoto, se alejan de la ortodoxia. Como consecuencia, el grupo arrastra un déficit de volumen de trabajo. Y de adaptaciones cardiovasculares. Se compensa midiendo mucho el estado de cada jugador. Los partidos aseguran ya unas buenas dosis de resistencia en los futbolistas. Faltará desarrollar la potencia y la velocidad, pero siempre con sumo cuidado, pendientes los preparadores de la regeneración.

El estado de forma de Riquelme es óptimo, sobre todo comparado con los numerosos problemas físicos que sufrió el pasado curso. Después de Reina, el as argentino es quien más minutos acumula en la Liga. La razón es doble: por fin pudo completar una pretemporada satisfactoria (no disputó ningún encuentro hasta la final de la Intertoto ante el Atlético); y, sobre todo, la mejora anímica: su participación en el juego es masiva. No hay balón que no pase por Román, que no es Guayre (el más veloz), pero tampoco es tan lento como aparenta. Es más: da al juego una velocidad supersónica cuando interesa: un pase de 50 metros, por ejemplo, en la simbiosis perfecta entre la física y la técnica, la piedra angular del Villarreal.