_
_
_
_
_
TECNOGENTE

Konrad Muhr, diseñador de moda

Muhr ha confeccionado una camisa de celulosa para el director Santiago Segura y un abrigo de prismas de alumnio que lució el peluquero Llongueras en la pasarela

Ana Pantaleoni

Konrad Muhr, su nombre artístico. Star Trek, su película favorita. Toni Morral, su nombre. El diseño textil, su profesión. En la pasarela Gaudí ha mostrado prendas elaboradas con un tejido luminiscente que absorbía la luz y a oscuras la desprendía. Hace cuatro inviernos cogió neopreno de tres milímetros con capa de titanio para profundidad y lo mezcló con teflón. Con este material diseñó apliques para ropa.

A Santiago Segura le confeccionó unos pantalones de aluminio y una camisa de celulosa. Al peluquero Lluís Llongueras le vistió con un abrigo de prismas de aluminio.

A una camisa de neopreno, Muhr le pone un cuello Mao y dos botones o bien la diseña con tela de paracaídas. La lista es interminable, para hombre, mujer y niño. "No todo son prendas que se vendan masivamente, algunas son caras; pero hay clientes a quienes les gusta tenerlas", dice el diseñador textil, convencido de que ha encontrado su lugar en la moda. "No hay nadie que se dedique a esto más que yo; además es lo que a mí me gusta. El toque es combinar una prenda muy especial con otras de aire más tranquilo".

Más información
MUHR:

Hace pocos meses presentó la nueva imagen de su compañía, un videoarte elaborado con una secuencia de más de 500 fotografías digitales que representa la transformación del diseñador.

Camisas de hierro

Muhr, con pelo largo y jersey negro, se mueve rápido en su taller barcelonés, entre los burros de los que cuelgan sus creaciones. "Cada tejido requiere su técnica de confección. No puedes coger una camisa de hierro y tejerla con una máquina cualquiera. Hay hasta cazadoras antivandálicas, hechas con un nailon que soporta los 800 grados y que en el interior llevan unas cremalleras con placas de twaron, un material resistente que aguanta el impacto de una Magnum 347 a un metro de distancia". Esta cazadora, hecha con los materiales de los chalecos antibalas, cuesta 1.500 euros.

Pero no todo es futurista en el mundo de Konrad Muhr. También hay espacio para el reposo. Muhr vende, por ejemplo, el clásico abrigo de pana con tres botones y bolsillos verticales que esconde en su interior una capa de guata antifrío. Dice que diseña para un hombre que es una mezcla de pijo y macarra, con un toque canalla, "que tiene nivel, cultura, interés por las nuevas tecnologías, y le gusta ir a la última con lo más especial".

Este hombre, a veces más cerca de la figura del inventor que del diseñador, lleva en el puño de sus camisas una goma elástica para introducir el pulgar de forma que, cuando se ponga un jersey, la manga no se suba hacia arriba. Muhr, además de en el futuro, piensa en la comodidad.

MUHR: www.konradmuhr.com

Regístrate gratis para seguir leyendo

Si tienes cuenta en EL PAÍS, puedes utilizarla para identificarte
_

Sobre la firma

Ana Pantaleoni
Redactora jefa de EL PAÍS en Barcelona y responsable de la edición en catalán del diario. Ha escrito sobre salud, gastronomía, moda y tecnología y trabajó durante una década en el suplemento tecnológico Ciberpaís. Licenciada en Humanidades, máster de EL PAÍS, PDD en la escuela de negocios Iese y profesora de periodismo en la Pompeu Fabra.

Archivado En

Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
Recomendaciones EL PAÍS
_
_