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Persisten interrogantes sobre la explosión en Sabadell

Interrogantes sobre la explosión que el pasado Viernes Santo acabó con la vida de dos personas en Sabadell

La explosión que el Viernes Santo mató a dos personas, Said Mohamed, de 24 años, y Dolores J. M, de 78, en el barrio de Ca n'Oriach de Sabadell sigue rodeada de misterio. Aquel viernes Mohamed, según explica una amiga íntima de la familia, estaba con su novia, Susana, que espera un hijo; y su hermano, Josef, de 19 años. Los tres se encontraban en la planta baja del número 67 de la calle Segarra, un garaje que Said había habilitado para que pudieran vivir él y su compañera. La madre del joven y sus cinco hermanos vivían en el piso de arriba. Los tres se preparaban para salir a tomar algo, pero en el último momento, Said bajó al sótano, una pequeña habitación construida debajo el garaje, donde supuestamente guardaba los garrafones de gasolina. Cerró la puerta y al poco tiempo se oyó un terrible estruendo, todo se vino abajo, y la casa se llenó de polvo y humo.

¿Por qué el joven almacenaba gasolina y qué sucedió para que todo saltara por los aires? Hay hipótesis para todos los gustos, pero lo que está claro es que los bidones de combustible por sí solos no son explosivos. Faltaría otro elemento, el que lo causó todo. ¿Una chispa al encender la luz? ¿Y qué hacía Mohamed con la gasolina? Existen muchos interrogantes abiertos a los que la policía aún no ha respondido y que han dado pie a que en el barrio de Ca n'Oriach todo el mundo tenga su propia teoría.

Said había residido en Barcelona hasta que decidió, hace poco menos de un año, irse a vivir con su compañera a casa de su madre. Sus amigos explican que era un chico tímido y cariñoso, que no fumaba y nunca bebía. Había trabajado en un matadero y, al ser el mayor de los hermanos, había asumido el papel de cabeza de familia. Su madre está separada y su padre, un empresario que tiene una compañía de transportes, vive en Marruecos. Con Josef, el hermano de 19 años que el viernes hizo lo imposible para sacar a Said de bajo los escombros, eran uña y carne. Josef, sus otras cuatro hermanas y la madre, se alojan, de momento, en un hostal de Sabadell. Los seis están conmocionados ante las especulaciones que se han hecho sobre su hermano muerto trágicamente.

Otro interrogante es cuánta gasolina guardaba Said bajo su vivienda. El sábado, el alcalde de Sabadell, el socialista Manuel Bustos, dijo que eran cantidades "menores". Ayer, sin embargo, matizó sus declaraciones y aseguró que la policía no descarta encontrar más garrafones bajo los escombros.

Ayer la hermana de Said fue a su casa en compañía de los bomberos. Sólo ellos pueden acceder, a través de la ventana de atrás, a una vivienda prácticamente reducida a escombros. A gritos la joven les iba indicando donde encontrar sus pertenencias. Mientras, grupos de curiosos concentrados ante la vivienda especulaban sobre lo que había pasado. En los próximos días, ya no habrá nada que ver. Los números 67 y 65, las dos viviendas afectadas por la explosión, serán derribadas. El consejero de Medio Ambiente y Vivienda, Salvador Milà, que visitó el barrio el pasado sábado, aseguró que la explosión dejó muy maltrechas las estructuras del inmueble, "prácticamente en ruinas", y que todo indicaba que el derribo de los dos edificios iba a ser inevitable.

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