De la Peña toma el mando
El españolista y Joaquín fueron lo mejor de una España a la que le faltó gol contra la débil China
De la Peña es otra cosa. Podrá gustar mucho o poco su juego -en el que caso de algunos entrenadores, parece que el poco era muy poco-, pero nadie podrá negar que con él en el campo es fácil que algo pase. Algo distinto, al alcance de muy pocos. Por ejemplo, un extraordinario pase de 40 metros, abajo, durísimo y, a la vez, con el temple adecuado para que el balón coja velocidad al salir escupido del empapado césped. U otro pase de distinta factura, arriba, a la espalda de los defensas, a esa especie de agujero ciego que él ve y que alguien hábil, avispado, y para avispado nadie como Joaquín, puede aprovechar y mandarlo a la red.
Ganó ayer España a China, como no podía ser de otra manera, y el partido dejó algún detalle digno de elogio, aun con las reservas propias que provoca el que el rival fuera muy poco rival. Certificó, entre otras cosas, que Pablo apunta a grandísimo defensa. Certificó también que Joaquín, intermitente y anárquico como es, resulta demoledor en el uno contra uno. Y certificó, en fin, que De la Peña juega al fútbol como los ángeles, aunque haya quien critique el fútbol de los ángeles.
ESPAÑA 3- CHINA 0
España: Casillas; Puyol (Sergio Ramos, m. 46), Pablo, Juanito, Del Horno; Joaquín (Luis García, m. 54), Xavi (Valerón, m. 46), Albelda (Orbaiz, m. 46), Luque (Reyes, m. 46); De la Peña y Fernando Torres (Mista, m. 46).
China: Lu Yunte; Wei Xin, Yonghai (Sun Xiang, m. 54), Weifeng, Li Wei Feng (Yao Kun, m. 54), Mingiy; Zhao Junzhe, Yonggiang, Xunlong (Zuo Yougen, m. 27); Shao Jiai (Hu Zhaojun, m. 65) y Li Yi (Zheng Bin, m. 83).
Goles: 1-0. M. 2. Torres, de penalti cometido sobre Luque. 2-0. M. 31. Xavi lanza una falta y un defensor desvía a gol. 3-0. M. 52. Joaquín marca de vaselina desde la frontal del área.
Árbitro: Lucilio Cardoso (Por.). Amonestó a Wei Xin, Zhang Yonghai y Reyes
Unos 17.000 espectadores en el Helmántico.
Apareció De la Peña en el equipo titular por aquello de que había que reservar a Raúl para el decisivo choque del miércoles ante Serbia, pero no se colocó en el puesto del madridista, como segundo delantero. Ejerció su magisterio en el eje del equipo, a la izquierda de Albelda en el primer acto y a la derecha de Orbaiz en el segundo. Luis optó por esa medida a costa de, al menos hasta la aparición del sevillano Reyes, sacrificar la banda izquierda, pues Luque se colocó arriba junto a Torres.
Pero no notó el equipo cojera alguna, quizá porque todo se fraguó en el pasillo derecho, ese donde vive Joaquín. Fue ponerse en marcha éste por su banda y llegar el primer gol. Centró el bético, acudió Luque presto al remate y no llegó porque su defensor, de nombre Zhao Junzhe, decidió abrazarse a él. Señaló penalti el árbitro y el delantero del Atlético Fernando Torres firmó el primer gol de España. Sólo habían pasado dos minutos.
Acababa de arrancar el partido y la selección española ya tenía un gol en el zurrón. Cierto que el rival era China, un equipo menor, corajudo y bien pertrechado en cuanta materia tenga que ver con el músculo, pero poco más. Acumulaba ocasiones el equipo de Aragonés con inusitada facilidad. Cuando no era De la Peña el que encontraba la salida desde atrás lo hacía Xavi. Una y otra vez lanzaron a Torres, a Luque y, sobre todo, a Joaquín. Deprisa, muy deprisa se movía España, a la que sólo le faltó acierto cara al gol. Lo consiguió Pablo de cabeza a la salida de un córner, pero el árbitro anuló la acción por fuera de juego de un Torres que pasaba por allí. Llegó por fin el segundo, al transformar Xavi una falta en medio de la catarata de ocasiones que protagonizaba el equipo dirigido por Luis Aragonés. Tuvo una buena oportunidad China, en un cabezazo de Li Wei Feng que sacó Casillas entre el alborozo general.
Aprovechó Luis el descanso para cambiar la mitad del equipo. Entre los que entraron figuró Reyes, que dio aire a una banda izquierda donde Del Horno no se atrevió a salir de la cueva. A poco de la reanudación se produjo la jugada del partido, con el toque exquisito, sutil, de De la Peña, que encontró un socio de lujo en Joaquín. El bético dominó la pelota y la pegó abajo, dibujando una vaselina de museo.
Comenzó luego a caer un espantoso diluvio sobre el Helmántico y los ánimos españoles se redujeron. Tampoco la tromba de agua ayudaba a mantener la tensión, una China que demostró por qué ha caído eliminada en la clasificación para el Mundial al ser superada por potencias de la talla de la selección de Kuwait. Un lanzamiento de Luis García -que por fin debutó, como lo hicieron Sergio Ramos y Mista- al larguero cerró el grifo de las ocasiones españolas, de un equipo que demostró tan buen manejo del balón como falta de gol, un asunto éste preocupante cuando enfrente sólo hay un animoso grupo de futbolistas chinos de nula inspiración, mucha movilidad, ganas de correr y nada que enseñar.
"No hay que exagerar ahora con mi juego"
Iván De la Peña, parece, ha explotado con la selección. Al fin. Pero para él "no hay que exagerar" con su juego. Según el centrocampista del Espanyol, presumible titular ante Serbia el miércoles, la velocidad de Torres "favorece" mucho a su fútbol. Un fútbol, que, según De la Peña, "es el mismo de siempre, nunca ha cambiado".
Luis Aragonés, el seleccionador español, elogió también a De la Peña: "Está más fuerte que los demás", dijo, reconociendo la brillante actuación del medio: "El último pase le encanta, es para él como para un goleador el gol". Sin embargo, no todo le pareció bien: "Han tenido más agresividad que nosotros", aseguró, cifrando el resultado a que "España es mejor que China". Luis no estaba contento con la manera de defender las jugadas a balón parado: "Hay algunos desajustes que hay que trabajar para que no se produzcan". El veterano preparador reveló que ante Serbia va a hacer varios cambios porque "tengo que ver un par de cosas".
A cinco días de cumplir los 19 años, el defensa sevillista Sergio Ramos vivió ayer su particular noche de gloria. Cumplió "un sueño", según confesó a pie de césped. Su entrada al campo tras el descanso le convirtió en el jugador más joven que debuta en la selección española en los últimos 64 años. Le antecedió en tan señalado registro Juan Acuña, portero que fue del Deportivo, quien hizo su estreno en diciembre de 1941, con 18 años, 11 meses y 17 días, siete días menos que Sergio Ramos.
No es extraño que el sevillista pasara a la pequeña historia del equipo nacional teniendo en cuenta que el rejuvenecimiento del mismo está resultando espectacular. El once inicial que España puso ayer en liza en Salamanca arroja una edad media de 24,7 años. Y el que se hizo presente en la segunda parte reduce aún más esa cifra.
Precisamente la entrada del jugador del Sevilla en el equipo titular es una de las variantes que maneja el seleccionador, Luis Aragonés, de cara al encuentro del próximo miércoles ante Serbia, el que cuenta de verdad, en el que España se juega media vida en su intención de no faltar al próximo Mundial, el de Alemania en el 2006.
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