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AENA, condenada a indemnizar y a readmitir al controlador que reveló fallos aéreos

El tribunal superior canario constata acoso al trabajador por ejercer su libertad de expresión

Aeropuertos Nacionales y Navegación Aérea (AENA) ha sido condenada por el Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) a indemnizar con más de 180.000 euros al controlador aéreo Juan Herrero Barrientos, al que despidió por revelar en 1999, en televisión, graves fallos de la antena de radar de ruta utilizada para la aproximación a los aeropuertos de Lanzarote y Fuerteventura. El TSJC constata la conducta de AENA de "acoso moral" al trabajador por ejercer su libertad de expresión. La sentencia es una de las 11 resoluciones judiciales favorables al controlador, pero pendientes de ejecutarse.

La Sala de lo Social del TSJC ha confirmado la sentencia del Juez de lo Social de Las Palmas de Gran Canaria que el 10 de septiembre de 2004 condenó a AENA a reponer a Herrero como controlador aéreo del Centro de Control de Tránsito Aéreo de Canarias y a garantizar "la limpieza en el proceso de recuperación de la validez de su habilitación local" como controlador.

La misma Sala de lo Social del TSJC, que ordenó que dictara una nueva sentencia el juez de lo Social que condenó a AENA el 31 de marzo de 2004, confirma ahora el nuevo fallo del 10 de septiembre último. Eso supone que, además de la indemnización de 180.304 euros, quedan anuladas medidas de AENA como la suspensión de la habilitación de Herrero y el intento de nombrarle para un puesto de inferior categoría.

El TSJC califica de "trato discriminatorio" de AENA hacia Herrero el "panorama de acoso moral y hostigamiento psicológico que tiene su inicio en unas declaraciones que el trabajador realizó en un medio de comunicación [el debate celebrado el 15 de mayo de 1999 en la televisión catalana Canal 33, titulado Aviones, ¿qué pasa en el cielo?], que se concreta en una suspensión de empleo y sueldo de tres meses, posteriormente se le somete a revisiones psicofísicas y a nuevas pruebas teóricas y prácticas para comprobar su aptitud para ejercer su habilitación, se le suspenden sus acreditaciones profesionales y se le fuerza a un traslado de puesto de trabajo".

Igualmente, el TSJC confirma que AENA "evidencia una conducta que tiende a represaliar al trabajador, provocando con ello que el mismo, con el transcurso del tiempo y con el agotamiento de los plazos legales (...) perdiese las habilitaciones que le facultan para el ejercicio de su profesión de controlador de la circulación aérea".

Con la Guardia Civil

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Precisamente para evitar que eso ocurriera y en cumplimiento de las medidas cautelares judiciales solicitadas por los abogados de Herrero, éste, aunque apartado de la empresa, ha acudido cada seis meses a su puesto en la Torre de Control de Fuerteventura para trabajar durante dos días a fin de evitar que su licencia caducara. Dado que AENA inicialmente se negaba a dejarle entrar, Herrero es acompañado, por orden judicial, por una pareja de la Guardia Civil. Así ocurrirá los próximos días 1 y 4 de abril de 2005.

La larga batalla jurídica de Herrero continúa, ya que la misma Sala del TSJC que ahora ha condenado a AENA a indemnizar a Herrero ha ordenado que se repita el juicio que concluyó con una sentencia que anuló el despido. El 6 de agosto de 2003 el juez de lo Social de Arrecife declaró nulo el despido y condenó a AENA a la inmediata readmisión de Herrero en su puesto de trabajo, así como a indemnizarle con 60.000 euros por daños y perjuicios. El TSJC fijó la repetición del juicio para el 29 de marzo próximo, pero, a instancia de AENA, ha sido aplazado hasta el 5 de mayo próximo.

Aunque el TSJC no discute las razones para anular el despido, el motivo de la repetición del juicio fue que, según AENA, el demandante presentó indebidamente la justificación de la indemnización reclamada. Y, por ese motivo, el juez de lo Social la vinculó a "una vulneración de los derechos (...) a la libertad de expresión y opinión" por "las declaraciones en una televisión" que revelaron fallos de una antena de radar militar que sombreaba las instalaciones de AENA.

Según considera actualmente Herrero, "cada día que pasa, y dado el continuo aumento del volumen de tráfico, en 2005 persiste el riesgo de que el radar militar que sigue colocado desde 1998 en la isla de Lanzarote pueda producir alguna consecuencia fatal".

Mientras tanto, Herrero, con una última sentencia favorable del TSJC, a la vez que a la espera de que se repita el juicio por despido, confía en que se le volverá a dar la razón, pero no comprende cómo es posible que sigan sin ejecutarse las 11 resoluciones a su favor. Enrique Lillo, letrado de Herrero, estima que el TSJC "no debió anular la sentencia que declaró nulo el despido con el pretexto de la indemnización, que, aunque importante, es una cuestión accesoria y el retraso crea una situación de espera muy perjudicial para el trabajador".

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