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El Vaticano descarta la presencia de Juan Pablo II en el vía crucis del viernes

Enric González

El Vaticano anunció ayer la cancelación de la audiencia general del Papa prevista para hoy, Miércoles Santo, y prácticamente descartó la presencia de Juan Pablo II en el vía crucis del viernes. En principio, sólo mantuvo dentro de las previsiones la bendición urbi et orbi del próximo domingo, desde la ventana del Palacio Pontificio. La salud del Pontífice parecía de nuevo en situación comprometida. El pasado domingo no pudo decir ninguna palabra, el lunes se suspendió una anunciada teleconexión desde sus habitaciones y el mismo día, al anochecer, se difundieron rumores sobre un abrupto empeoramiento y sobre su posible muerte.

Ciro Benedittini, vicedirector de la Oficina de Prensa vaticana y segundo del portavoz Joaquín Navarro-Valls, dio a conocer la supresión de los actos oficiales de Juan Pablo II y se refirió a los rumores que circularon el lunes por la noche, originados por una inusual presencia nocturna de médicos en el Vaticano y una convocatoria urgente de guardias suizos, para señalar la necesidad de "informaciones veraces" en un momento delicado. Los portavoces vaticanos desmintieron los rumores el mismo lunes, ya muy tarde, señalando de forma oficiosa que no existían nuevas razones de alarma.

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Varios miembros del equipo médico hablaron también con la prensa de forma confidencial e indicaron que la convalecencia papal, tras la crisis respiratoria aguda y la traqueotomía del 23 de febrero, no había hecho más que empezar, que la situación seguía siendo "seria" y que resultaban previsibles altibajos, crisis y quizá reingresos en el hospital. Los médicos recordaron que el paciente tenía casi 85 años, sufría la enfermedad de Parkinson y mostraba un cuadro clínico preocupante, y subrayaron que eran ellos quienes insistían en frenar el empeño del Papa en hacerse ver y oír. Benedittini indicó como "posible" que el Papa se asomara hoy a su ventana frente a la plaza de San Pedro para tranquilizar a los fieles.

Días de nervios

Lunes y martes fueron jornadas de nervios en el Vaticano. Navarro-Valls renunció en el último momento a participar en la presentación de un documental sobre Juan Pablo II en la sede de la Asociación de la Prensa Extranjera, donde probablemente habría sido sometido a un interrogatorio. Para adaptarse a los problemas físicos del Papa y a su cada vez menor autonomía, el Vaticano ultimó la instalación de una cámara en una de las habitaciones papales. Esa cámara, lista para funcionar desde hoy mismo, serviría para que Juan Pablo II mantuviera videoconferencias con el exterior y saludara a la multitud de San Pedro.

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