132 coches camuflados de la Guardia Civil patrullan desde hoy las carreteras

La llegada de la Semana Santa viene acompañada de un nuevo sistema de vigilancia de la Guardia Civil. Un total de 132 automóviles camuflados patrullan desde hoy las carreteras de toda España -salvo Cataluña y el País Vasco- con el fin de sancionar las infracciones graves o muy graves que cometan los conductores. Los agentes, que irán de uniforme dentro del vehículo, someterán a la prueba de alcoholemia a los infractores. "Cuando uno vea las luces azules y los carteles detrás de su coche, es que la ha cagado", indicó ayer el director general de Tráfico, Pere Navarro.

Los coches no llevan ningún distintivo exterior que les identifique y diferencie del resto. Las matrículas son las ordinarias y no las que suelen llevar los vehículos que pertenecen al parque móvil de la Guardia Civil. Se trata de turismos del segmento medio-alto, de diferentes marcas y colores, con motorizaciones de gasolina y diésel, y una potencia superior a los 100 caballos.

Los guardias civiles circularán como el resto de usuarios y, cuando detecten alguna infracción, colocarán un lanzadestellos azul en el techo del coche y encenderán una pantalla alfanumérica en la que se alternarán los mensajes de "Alto" y "G. Civil". Además, dos luces azules y una roja indicarán al infractor que debe parar en el arcén o en el punto que le indiquen los agentes de la Agrupación de Tráfico. "Cada tres meses se cambiarán los coches de demarcación para evitar que sean conocidos por los conductores de una zona geográfica", comentó Pere Navarro.

Los agentes se encargarán de denunciar las infracciones más graves, como alcoholemia, conducción temeraria, velocidad inadecuada, no usar el cinturón de seguridad o los sistemas de retención infantil, no llevar puesto el casco, utilizar teléfonos móviles, hacer giros incorrectos, invadir los carriles izquierdos de la calzada, no respetar la prioridad de paso o hacer adelantamientos antirreglamentarios.

Prueba en A Coruña

La puesta en funcionamiento de estos 132 coches camuflados surge tras una prueba piloto realizada durante el año pasado en la provincia de A Coruña, que ya utilizó este tipo de turismos para vigilar las infracciones de tráfico. La Agrupación de Tráfico le dotó de seis coches que luego pasaron a ser 10. Durante esta experiencia, que transcurrió de enero a octubre, fueron efectuados 2.442 servicios de patrullaje, en los que fueron impuestas 9.950 denuncias. La infracción más sancionada fue el no llevar puestos los elementos de seguridad (2.141), seguido de las distracciones (758) y los adelantamientos antirreglamentarios (589 casos), según la Dirección General de Tráfico (DGT).

Los agentes siempre notificarán las denuncias a los infractores, salvo que fuera peligroso por razones de seguridad vial. Pararán a los conductores en lugares no peligrosos para su integridad, fuera de la circulación. Una vez detenido el vehículo, el turismo camuflado se mantendrá detrás del infractor con los lanzadestellos azules. Por megafonía se ordenará al conductor que permanezca dentro del vehículo.

"Ante todo, que los conductores no se confíen, porque cualquiera de los vehículos puede ser un control de vigilancia de la Guardia Civil", explicó Navarro.

La DGT tiene previsto aumentar en los próximos meses el número de coches camuflados, que en la actualidad son 256, contando con los 124 que van equipados con radares para sancionar las infracciones de velocidad. El incremento de la flota de vehículos sin distintivos estará en función de los resultados de esta primera fase de implantación y de las posibilidades presupuestarias, según el director general de Tráfico.