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Reportaje:

Apuesta bursátil vía dividendos

Invertir según el reparto de beneficios que deciden las empresas es una clara alternativa a la renta fija

Nunca antes se había dado una situación como la actual en la que la rentabilidad por dividendo anual se coloca de media en el 3,5% y los tipos de interés, en ese mismo plazo, en torno al 2%-2,3% para los activos sin riesgo. En los años ochenta, también se alcanzaron esos rendimientos, pero entonces los tipos de referencia superaban los dos dígitos. Invertir en la Bolsa española eligiendo valores por su rentabilidad por dividendo se ha convertido, hoy por hoy, en una clara alternativa a la renta fija.

La rentabilidad por dividendo de los valores del Ibex 35 está en torno al 3,7% anual y, según los analistas, aún puede mejorar a corto plazo

"Es cierto que el pago de dividendos no ha de ser el único criterio para seleccionar los valores en los que invertir, pero también lo es que algunos estudios señalan que los títulos que llevan incorporados mayores retribuciones por esta vía son, a la par, mejores inversiones en sí mismas. Dicho esto, nosotros mantenemos que éste es un buen momento para tomar posiciones en determinados valores con alta rentabilidad por dividendo siempre que se haga a medio y largo plazo. Es más, consideramos que en la actualidad es posible y hasta recomendable hacer compras sistemáticas de este tipo de valores. De esta forma se obtendrán, al margen de las posibles ganancias vía revalorización de cotizaciones, rendimientos previsiblemente superiores a los que se obtienen en títulos de renta fija", señala Félix Camboa, presidente de BBVA Gestión.

Para poder seguir esta última estrategia -compras sistemáticas de valores en función de su rentabilidad por dividendo- se ofrecen en el cuadro adjunto las retribuciones previstas para los titulares de acciones incluidas en el Ibex 35 hasta el cierre del año. Para cada uno de los previsibles dividendos se calcula la rentabilidad que éste PER ofrece teniendo en cuenta su nivel de cotización actual. Por ejemplo, Altadis pagará el próximo martes un dividendo de 0,4 euros por acción, lo que supone una rentabilidad por este concepto del 1,26%. Además se incluye para cada valor el rendimiento global teniendo en cuenta todos los dividendos que abonarán en los próximos nueve meses. En el mismo ejemplo de Altadis, al realizar esta empresa un adicional pago de dividendos en junio, su rentabilidad global pasa a ser del 2,84%. Desde ahora y hasta final de año, TPI, Tele 5, Telefónica y Arcelor son los valores más rentables en este sentido.

Sobre la oportunidad de comenzar de forma inmediata con esta compra selectiva de valores, José María Pérez del Valle, director de estrategia y análisis de la sociedad de valores Venture Finanzas, señala que "la situación actual de rentabilidades vía dividendo de los valores del Ibex 35, en torno al 3,7% anual, aún puede mejorar a corto plazo, por lo que aún se puede esperar para comprar más barato. Existe una presión al alza sobre la rentabilidad de los bonos que suele provocar que los valores más sensibles a tipos de interés tengan un mal comportamiento".

Algunos ejemplos

La inversión en Bolsa vía dividendos no ha de, obligatoriamente, circunscribirse a los valores incluidos en el Ibex 35. Se pueden encontrar otros muchos títulos españoles -unos 50- que ofrecen una más o menos elevada rentabilidad por dividendo. Algunos ejemplos pueden servir de guía. Según las estimaciones de los analistas, Terra abonará a finales de mayo un dividendo de 0,6 euros por acción. A los precios actuales, esta remuneración implica una rentabilidad superior al 17%. Por su parte, Uralita pagará el 1 de julio un doble dividendo de 0,09 y 0,08 euros por título. Rendimiento sobre cotización actual: cerca de un 4%. De Cepsa se esperan dos dividendos: uno en julio y otro en octubre, ambos superiores al medio euro por acción, lo que supone una rentabilidad del 3,6%, más o menos similar a la que podrían obtener por esta vía los inversores de Portland.

El año 2002 marcó el punto de inflexión. Desde entonces, las compañías se han ido animando cada vez más a retribuir a sus accionistas. No sólo vía dividendos, sino también con reducción de primas de emisión de acciones, devolución de aportaciones tras reducir el nominal de las acciones... El resultado es que si en 2002 llegaron a la Bolsa de Madrid cerca de 8.700 millones de euros por este camino, en 2003 ya sumaron 12.165 millones, para pasar a ser en 2004 más de 14.000 millones de euros. En 2005, según todas las previsiones, la cifra será superior.

Colocar el ahorro en acciones que ofrezcan altos dividendos supone asumir riesgos, dado que su cotización puede evolucionar a la baja generando las consiguientes pérdidas de capital para el particular y, por tanto, colocando la rentabilidad real financiero-fiscal en términos negativos.

Sala de contratación de la Bolsa de Madrid.
Sala de contratación de la Bolsa de Madrid.RAÚL CANCIO

Ventajas e inconvenientes fiscales

A la hora de hacer la correspondiente declaración anual de renta, los dividendos se integran en la base imponible (conjunto de las rentas del particular) por el 140% de su importe íntegro. En principio, por tanto, tributan al tipo marginal de cada contribuyente (actualmente, entre el 15% y el 45%) por este mayor valor. Sin embargo, sobre la cuota a pagar (impuestos totales a abonar por el contribuyente) se aplica una deducción del 40% del importe realmente percibido. El resultado es que, para tipos impositivos marginales inferiores al 28,5% (equivalente a unas rentas, tras descontar mínimos, en torno a los 25.000 euros al año) el tratamiento fiscal de los dividendos genera rentabilidades adicionales a las financieras.

Cuanto más reducido sea el tipo marginal, mayor es la ganancia de rentabilidad fiscal del inversor y viceversa. Sobre un rendimiento teórico, por ejemplo del 4% financiero, se puede llegar a una ganancia financiero-fiscal del 4,76% o a otra del 3,08% en función de la situación tributaria de cada inversor. Esta ventaja tiene, sin embargo, una pega. Hacienda, para evitar la práctica denominada lavado del dividendo, aplica una norma cautelar según la cual, "cuando las acciones o participaciones se hubieran adquirido dentro de los dos meses anteriores a la fecha en que se produjo el pago del dividendo y con posterioridad a dicha fecha, dentro del mismo plazo, se hubiera producido una transmisión de valores homogéneos, dichos dividendos se computarán por el 100% de su importe íntegro, sin que den derecho en tales supuestos a deducción en la cuota".

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