Engañosa simplicidad
Sus cuadros parecen a primera vista composiciones sencillas con colores planos de fondo, habitados por figuras humanas que recuerdan el arte pop: retratos de amigos en posiciones cotidianas, bañistas en la playa, primeros planos de rostros que evocan imágenes de revistas de moda, paisajes emparentados con el arte gráfico comercial. Pero la obra de Alex Katz (Nueva York, 1927) no sólo tiene una composición técnicamente impecable que ha ido depurando desde los años del expresionismo abstracto hasta la fecha, sino una profundidad que transforma la cotidianidad de los actos más nimios en una transcendencia del instante. Los fondos monocromáticos de sus cuadros pueden parecer planos, pero en realidad son profundos y han sido pintados lentamente hasta adquirir el tono y el matiz adecuados; las figuras humanas, aparentemente intrascendentes, capturan no una instantánea de un personaje sino un arquetipo, y las composiciones han sido meticulosamente planificadas para captar un momento efímero y definitorio a la vez.
ALEX KATZ
Pinturas recientes
CAC Málaga. Málaga
Hasta el 12 junio
Una de las particularidades de la obra de Katz es su calidad de instantánea fotográfica. Pero esta simplicidad representativa no es tal, como se observa en el Centro de Arte Contemporáneo de Málaga. Para Katz, la fotografía tiene siempre una connotación nostálgica, mientras que la pintura se mueve en el presente, en el ahora.
Katz empezó a pintar durante
el auge del expresionismo abstracto, pero el único aspecto reconocible de ese estilo en su pintura es el gran formato de sus cuadros y algunos trazos. A finales de los años cincuenta incorporó a su obra elementos de la publicidad, lo cual lo hace un precursor del arte pop, si bien nunca se unió a esta corriente. La limpieza de sus lienzos tiene también rasgos minimalistas pero ninguno de estos estilos le ha impedido desarrollar un vocabulario propio. "Mis pinturas se basan en representaciones de la vida, en información perceptual, pero a diferencia del arte pop, en mis imágenes no hay nada cínico", explica Katz.
La exposición que presenta el CAC está dividida temáticamente en paisajes y retratos. Probablemente el cuadro más atrevido de la muestra sea Manoff Woods (bosques de Manoff), un intricado paisaje de troncos de árboles y hojas multicolores con un intenso fondo amarillo. La soltura de su ejecución es obvia y el artista afirma que el lienzo no se apoya en una estructura de composición, sino que el color fluye de manera libre. Para un pintor metódico como Katz esto representa un escape de su precisión creativa.
Pero quizá las más espectaculares sean las tres pinturas negras de Katz reunidas en una sala: los espacios flotantes en la oscuridad, las tenues luces blancas que los animan, perdidas en la amplitud de los lienzos, y la contenida gestualidad de la paleta del pintor son aquí las características más notables que confieren a los mismos peso, luminosidad y movimiento.
La calidad y el virtuosismo de Katz se aprecian en telas como January 7 pm: una simple rama en la oscuridad contra una ventana tras la cual se observa algo de luz. El paisaje nocturno de West 1 -pequeñas ventanas iluminadas de edificios industriales hechas de un brochazo que contrastan contra un fondo negro- es una obra maestra. Uno de sus asombrosos "paisajes de agua" Black Brook 11 (arroyo negro 11), serie iniciada en los años noventa, está también ahora en esta muestra: un gran fondo oscuro, casi plano, del que sobresalen en estudiadas pinceladas la luz, el movimiento del agua y la fuerza del arroyo, representados simplemente por trazos de blanca espuma que salpican contra unas rocas prácticamente intuidas. En éstos y otros lienzos está la depurada sensibilidad de un maestro del arte contemporáneo.
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